En los ojos llorosos y en el nervioso movimiento de manos de Mira Sidawi (Líbano, 39 años) cuando habla de lo que significa para ella ser palestina se adivinan una desazón y una urgencia profundas. También una rabia no elegida, la misma que sintió su padre cuando huyó en 1948 de Sheij Danun, un pueblo cercano a Acre (hoy en el norte de Israel), un sentimiento que esta cineasta aspira a transformar en un instante de belleza en sus películas.