Moncloa acerca el poder a Puigdemont

Moncloa acerca el poder a Puigdemont

Con la amnistía de todos sus delitos aprobada en el Congreso, los beneficiarios separatistas no especularon ni confundieron con sus planes e intenciones de futuro. Como sabíamos a la perfección, el borrado penal pactado con Pedro Sánchez a cambio de su investidura se reducía, por encima de cualquier otra consideración, a la recuperación del poder para el expresident procesado y el referéndum de autodeterminación como punto y seguido de lo que fue la Declaración Unilateral de Independencia. Ni asomo de concordia, reconciliación, convivencia, legalidad…. Ni palabra ni referencia tangencial siquiera a la retórica que ha revestido la embestida de Pedro Sánchez contra la Constitución, la división de poderes y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. La amnistía se expresó en términos de victoria independentista y de derrota para la España constitucional que el Gobierno de la nación estaba obligado a preservar y el desenlace está cobrando ese aspecto. Obviamente, esta tabla rasa para el Principado que se nos ha vendido machaconamente desde Moncloa se ha venido abajo como el espectral castillo de naipes que era como parte de una transacción fraudulenta e ilegítima. Así que ni Cataluña respira aliviada con un horizonte renovado y despejado ni España va como un cohete como se jacta la propaganda oficial. Toni Comín, otro de los indultados por Sánchez, lo explicitó sin matices ni circunloquios. O Sánchez convierte a Puigdemont en presidente de Cataluña o puede despedirse de La Moncloa, pues dejará de contar con los siete diputados de Junts que sostienen esta legislatura fallida y desgraciada. Es un chantaje en toda regla, con luz y taquígrafos. Otra de las derivadas de este despropósito ha sido el reencuentro, ese sí, entre los independentistas que han entendido a la perfección que no podían dejar pasar la oportunidad que el presidente ha brindado. Así que, más allá de las enemistades y las inquinas personales, han ponderado los extraordinarios rendimientos que puede ofrecer esa reconciliación por más que sea oportunista y coyuntural. Adelantamos en las páginas de España que Junts y ERC maniobran ya para hacerse con el control de la Mesa del Parlament, paso previo e imprescindible para que Puigdemont pueda ser propuesto como aspirante a la Generalitat en una sesión de investidura, salga la amnistía como salga después de que la Justicia cumpla con su deber. Los números no cuadran si Salvador Illa, ganador de los comicios catalanes, no se echa a un lado, o es convenientemente reconvenido desde Madrid. Sánchez no vacilará en despejar el camino al secesionismo golpista si su Presidencia peligra y lo presentará como un acto de generosidad en pos de la convivencia. Si ha sido capaz de entregar la democracia, la Constitución y la igualdad de los españoles, qué no hará con su hombre en Cataluña. El poder a cualquier precio, y por encima de todo. Poner punto final a este régimen es una cuestión de interés general y de emergencia nacional.