Objetivo: desdramatizar el tumor de próstata

Objetivo: desdramatizar el tumor de próstata

Se podría decir que el cáncer de próstata es el equivalente en hombres del cáncer de mama en las mujeres (por su prevalencia, supervivencia, tasa de curación e incluso por su vinculación con la sexualidad). Sin embargo, la visibilidad que se da a uno y otro no tiene nada que ver. Más bien están en las antípodas.

Así, mientras en el caso del de mama abundan las campañas de prevención y concienciación sobre su diagnóstico, la importancia de hacerse revisiones periódicas o incluso actividades sociales de todo tipo, en el de próstata aún queda mucho camino por recorrer. Y es que, aunque las comparaciones son odiosas, y es cierto que se han hecho avances en este sentido, este ejemplo pone de relieve cómo el estigma relacionado con este cáncer masculino sigue siendo un problema.

Para hacer frente a este tabú y normalizar un tumor, que es tercero más diagnosticado entre los varones en nuestro país, tuvo lugar la mesa redonda «Apoyo mutuo y herramientas para pacientes y familiares» en marco del II Foro de Cáncer de próstata, organizado por ROC Clinic y A TU SALUD el pasado miércoles en la sede de LA RAZÓN.

En ella Carlos Manuel Nieto, a quien operaron de cáncer de próstata aún no hace seis meses quiso compartir su experiencia para, en sus propias palabras, «desdramatizar, hay que tomárselo en serio y tener respeto, seguro que no todos los casos son positivos, pero lo que yo quiero con esto es desdramatizar el cáncer de próstata», dijo.

[[QUOTE:PULL|||”Yo lo he normalizado, le he dado visibilidad en mi entorno y nunca me planteé esconderlo”|||Carlos Manuel Nieto, paciente de cáncer de próstata]]

En su caso fue una revisión laboral periódica la que le puso sobre aviso al detecta niveles elevados de PSA en su análisis en 2022. Tras meses de seguimiento e incertidumbre, le diagnosticaron un carcinoma de 5mm muy encapsulado. Entonces, con 53 años y asintomático, decide con su médico, hacer vigilancia activa.

Tras operarse el 18 diciembre, y después de un postoperatorio muy bueno «no hay sangrado en el drenaje y no me he tomado ni un paracetamol desde que me operé», se marcha a casa y a los diez días le quitan la sonda « y pasé una Nochevieja normal». Todo sigue en orden hasta que se incorpora a trabajar el 9 de enero y a los 25 días empieza incluso a correr.

Dice Carlos que lo vivido estos últimos años ha sido para él «como una serie de Netflix». Por eso, habla del «capitulo secuelas», uno de los más temidos en estos casos tanto por la posibilidad de problemas miccionales como de disfunción eréctil. Sin embargo, en su caso, una vez más, todo salió bien: «A las 2-3 hora de quitarme la sonda tuve ganas de ir al baño y pude controlarlo perfectamente». En cuanto a la función sexual tampoco arrastra problemas si bien, puntualiza, «no tengo la misma calidad que previamente a la operación, pero puedo terminar sin problemas».

[[QUOTE:PULL|||”Por cómo hemos sido educados, a los hombres les suele costar más el paso de ir al psicólogo”|||Lara Fernández, psico-oncóloga de Gepac ]]

El caso de Carlos, es un ejemplo de éxito, no solo por los bueno resultados obtenidos hasta la fecha, sino por la naturalidad y generosidad con la que comparte su historia. Algo que, aunque cada vez es más frecuente, no es lo normal. Él mismo reconoce que lo ha “normalizado y en ningún caso me he planteado esconderlo».

Pero no siempre sucede así. Da fe de ello Lara Fernández, psico-oncóloga del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac): «Es difícil gestionar emociones como el miedo, la rabia o incluso la culpa», explica. «También es normal que cueste gestionar la incertidumbre. O la preocupación por el diagnóstico y el tratamiento, o el impacto que ello tendrá en la calidad de vida y como afectará también a las personas de nuestro entorno».

Esto se debe «a que por el estigma de esta patología suele costar más dar el paso, por cómo hemos sido educados, por aquello de que los hombres son fuertes y no piden ayuda», lamenta. Por eso, intentan que, una vez lo hagan «se encuentren en un espacio de confianza donde puedan transmitir todo eso», continúa. «Estamos para ayuda a los pacientes y a sus familiares. La Sanidad pública es muy buena, pero tiene sus carencias y aquí estamos las asociaciones para cubrir ese hueco en la medida de nuestras posibilidades». Porque ese es otro problema añadido: en el SNS no hay tantos psicólogos o psico-oncologos como sería necesario: «Nos encontramos con muchas listas de espera y el seguimiento se hace de forma muy distanciada en el tiempo». En cualquier caso, tratan de que «la ansiedad les limite lo menos posible y de acompañarlos en todo el proceso, siempre que lo quieran así». Para ellos cuentan con el Programa «Gepac contigo cáncer de próstata» específico en este sentido.

[[QUOTE:PULL|||”Oferta y demanda van de la mano: si los pacientes no piden estos servicios, no hay oferta”|||Virginia Prieto, coordinadora de Fisioterapia de la AECC]]

Y es que el abordaje del cáncer de este tumor va mucho más allá del tratamiento terapéutico, la cirugía o la radioterapia, algo que muchos pacientes desconocen. Es aquí donde, en la mayoría de los casos, entran en juego las asociaciones de pacientes, en las que no solo se informa a los hombres de la posibilidad de acceder a esos servicios, sino que además, muchas veces son las únicas que los ofrecen. Tal es el caso de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), que cuenta con un servicio de Fisioterapia para estos pacientes. «En la asociación estamos apostando por la fisioterapia para abordar los problemas de suelo pélvico», explica Virginia Prieto, coordinadora de este área de la AECC.

Algo necesario dado el alto porcentaje de disfunciones sexual y miccional que suceden en estos casos y que merman la calidad de vida y su bienestar considerablemente. Pero, igual que en el caso de la psicología, «encontramos cierta barrera de los paciente para pedir ayuda. Y ya no solo eso, sino que cuando se les brinda no cogen el testigo», asegura la experta. «Queremos alinearnos para crear estrategias entre todos porque si estos tratamientos no llegan, no tiene sentido seguir investigando en este área. La oferta y demanda van de la mano y si los pacientes no los demandan no hay oferta», sentencia Prieto. Además, continúa, existe una brecha de género, en este caso en contra del hombre: «Los fisios se forman para tratar el suelo pélvico de la mujer y vemos que los modelos femeninos se extrapolan al hombre y eso no es adecuado porque la fisiología es diferente. Por eso queremos que la investigación llegue también al hombre».

[[QUOTE:PULL|||”Apostamos por el cribado poblacional. Seguimos diciendo que queremos ser el cuarto en España”|||Santiago Gómez, vicepresidente primero de Ancap]]

Por su parte, Santiago Gómez, vicepresidente primero de la Asociación Nacional de cáncer de próstata (Ancap), llamó la atención sobre el numero de casos diagnosticado cerca 33.700 el año pasado según la AECC. Por eso, dijo «apostamos por el cribado poblacional. Seguimos diciendo que queremos ser el cuarto cribado de cáncer en España. La sociedad europea de Urología apuesta también por el cribado Incluso la OMS advierte de un incremento del 38% de la tasa de mortalidad de este tumor. Además, entendemos que no supone un sobrecoste».

Pese a estas cifras su mensaje es de esperanza pues, como concluyó, «aunque es el más prevalente, tiene una alta expectativa de vida: el 80% de los tumores se diagnostican en la fase local y estos tienen supervivencia a cinco años del 100%. Colaboremos para cronificar el cáncer de próstata».