Orbán sale debilitado de las europeas, pese a seguir siendo la fuerza más votada en Hungría

Orbán sale debilitado de las europeas, pese a seguir siendo la fuerza más votada en Hungría

La resaca de las elecciones europeas ha sido dura para los dos principales mandatarios del club comunitario. Tanto el presidente francés Emmanuel Macron como el canciller alemán Olaf Scholz salen debilitados de estos comicios. Pero no son los únicos. Aunque haya pasado más desapercibido, los resultados tampoco han sido buenos para el líder más longevo del Viejo Continente, el primer ministro húngaro Viktor Orbán. Aunque su partido Fisdesz, siguió siendo la fuerza más votada, el liderazgo de Orbán comienza a dar signos de agotamiento después que le haya salido un poderoso rival en tiempo récord. Aún es pronto para saber si se producirá un cambio de signo, pero para sus enemigos se ha abierto una ventana de esperanza.

El ultraconservador Fidesz de Orbán obtuvo el 44,70% de los sufragios, lo que se traduce en 11 eurodiputados. Una caída drástica si se compara con los comicios de 2019, cuando se hizo con el 52% de apoyo. Al igual que en otros países, estas elecciones se han interpretado en clave nacional como un plebiscito a la figura de Orbán. A pesar de este declive en el voto, el mandatario se erigió como el vencedor absoluto ante sus oponentes. «Hoy derrotamos a la vieja oposición, a la nueva oposición, y no importa cómo se llame la oposición la próxima vez, los derrotaremos una y otra vez», afirmó el pasado domingo.

Aunque Fidesz ha dominado la política húngara desde 2010, el descontento ante Orbán ha crecido en los últimos meses debido a la fuerte crisis económica que se vive en el país y los escándalos en los que se han visto envueltos muchos de sus miembros. El principal rival de Fidesz ha llegado desde sus propias filas. Péter Magyar abandonó el partido en febrero y en unos pocos meses ha sido capaz de organizar un nuevo partido llamado Tisza, que se ha hecho con 7 escaños y un 31% de voto. El Partido Popular Europeo (PPE) ya le ha dado la bienvenida. «Este es el Waterloo de la máquina de poder de Orbán, el principio del fin», aseguró Magyar. Desde 2009, ningún partido había conseguido más del 20% de los votos.

En el caso de este nuevo partido, lo personal es político. Magyar era el marido de uno de los pesos pesados del Fidesz, Judit Varga, ministra de Justicia. Magyar puso en manos de la policía una cinta en la que su mujer explicaba casos de corrupción del Gobierno de Orbán a interferencias en un caso judicial.

Orbán fue considerado en sus inicios como un líder liberal y antiguo luchador contra el comunismo, pero su deriva autoritaria le fue alejando del Partido Popular Europeo, la que fue su familia política. Fidesz acabó abandonando el PPE antes de ser expulsado, y esta legislatura ha formado parte de los no inscritos. Una de las grandes dudas estas elecciones es hacía dónde se decantará Orbán y si preferirá formar parte del grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR, el grupo de Giorgia Meloni y Vox) o de Identidad y Democracia (del que forman parte Marine Le Pen y Matteo Salvini). También existe la posibilidad de que los dos grupos acaben unificándose, aunque no parece fácil.

No sólo su deriva autoritaria supone un problema para Bruselas, sino también sus buenas relaciones con el presidente ruso Vladimir Putin. Aún es pronto para saber si Magyar será tan solo una estrella fugaz y si tiene algunas posibilidades de cara a las elecciones del año 2026. «Puedo decirles que estoy un poco más cerca de la posición del Fidesz que de la oposición, pero lo que es seguro es que somos miembros del club y debemos comportarnos como miembros del club».

Actualmente, Hungría es el único miembro del club comunitario que continúa expedientado dentro del procedimiento del artículo 7, el conocido en los pasillos comunitarios como «botón nuclear», que puede desembocar en la pérdida del derecho de voto en el Consejo. Polonia también se encontraba en la misma situación, pero la llegada al poder del europeísta Donald Tusk ha supuesto el fin de este procedimiento.

Además, Hungría también tiene parte de los fondos europeos congelados por su falta de respeto al Estado de derecho. Si llega al poder, Magyar quiere acercar posturas con la UE para el desbloqueo de estos fondos. «Ese dinero es realmente necesario para las pequeñas y medianas empresas, los agricultores, el sistema sanitario y la educación», ha asegurado el joven líder. Una de las grandes dudas es la postura de este nuevo partido sobre los vínculos con Rusia y la posibilidad de negociar con Putin para acabar con la guerra cuanto antes.

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