Otros veraneos (II): El flanco Báltico

Otros veraneos (II): El flanco Báltico

Seguramente el flanco más débil de la Alianza ante la amenaza de Putin. Los tres países –Estonia, Letonia y Lituania– que ha visitado recientemente nuestro Rey, pertenecen a la UE y a la OTAN desde 2004. Y aunque su esfuerzo presupuestario en defensa sea alto, sus Fuerzas Armadas necesitan apoyos: la frontera con Rusia y la existencia del enclave ruso de Kaliningrado al sur de Lituania, justifican sobradamente la preocupación de la Alianza.

«En realidad “Dédalo” –la formación naval que visitó en Tallín el Rey, compuesta por el portaeronaves “Juan Carlos I”, las fragatas “Blas de Lezo” y “Reina Sofía” y el buque de asalto “Galicia”– es una única entidad de combate, aunque le llamemos grupo». Así lo detalla el Contralmirante Gonzalo Villar, comandante del mismo. «Todo se desarrolla integrado: buques, aviones, helicópteros, Batallón de Desembarco de Infantería de Marina. Todos compartimos formación, valores, principios, compañerismo, desde que entramos en la Armada». Un mismo objetivo: «operar en y desde la mar». Por supuesto interoperatividad con otros países con los que compartimos mentalidad, medios y procedimientos. Se dice con razón que el centro de gravedad de la OTAN reside en su cohesión. En el actual despliegue ha habido intercambios bilaterales con 28 de los 32 países que hoy forman la Alianza. Por primera vez Finlandia y Suecia incorporados al esfuerzo disuasivo.

La preparación día a día se dirige a lo que en lenguaje OTAN se denomina «combate de alta intensidad». En el argot militar se traduciría como: «instrucción dura, guerra blanda; instrucción blanda, guerra dura». Porque vista la actuación rusa en Ucrania, siendo estos países antiguas repúblicas populares que conformaban la URSS, con minorías étnicas rusas en zonas limítrofes, unida a la histórica Königsberg, hoy Kaliningrado, por un débil pasillo de un centenar de kilómetros que discurre entre Lituania y Bielorrusia, hay que estar preparado para responder, en tiempo útil y con energía, cualquier amenaza.

Ello no descarta, precisa el almirante Villar, «operaciones en las que la oposición militar no es el efecto más importante, como puede ser el proporcionar estabilidad a un país amigo o como sucedió en el pasado despliegue “Dédalo 23” en que interrumpimos el esquema de maniobra para ayudar a Turquía que había sufrido un devastador terremoto. Durante ocho días (que califica de inolvidables) se ayudó a rescatar supervivientes y cuerpos atrapados entre los escombros y se distribuyeron 3.600 toneladas de ayuda humanitaria».

Importante testimonio de uno de los 2.340 militares –Tierra, Mar y Aire– hoy desplegados en el flanco Báltico. En el mismo mar, los 227 efectivos de la fragata «Juan de Borbón» que lidera una de las cuatro agrupaciones navales permanentes de la OTAN: la de escoltas SNMGT-1, fuerzas concebidas como punta de lanza naval de la Alianza ante cualquier crisis, a las que contribuye nuestra Armada desde 2001.

Interrogo sobre el día a día a bordo con las limitaciones de espacio que ello entraña. Más que asumido por la gente de la mar, no solo de nuestra Armada. «Los jóvenes demandan conectividad para su móvil y buenos gimnasios». Los tienen. «La actividad deportiva es frenética» asegura. La TV por satélite y las retransmisiones deportivas, especialmente estos días de Copa de Europa de fútbol, completan los momentos de descanso, «asegurada la tradicional buena comida a bordo de nuestros barcos».

Cuando se llenan nuestras carreteras por desplazamientos y no hay metro cuadrado de nuestra costa ni monte del interior sin veraneantes, unos compatriotas contribuyen a nuestra seguridad proporcionándola a otros. Se lo dijo sinceramente nuestro Rey a las autoridades de estos tres países: «ni estáis ni estaréis solos». No somos el país de mayor contribución económica a la Alianza (de facto, los que menos aportamos de nuestro presupuesto) pero nuestra contribución operativa es seria, fiable, comprometida. No sé si parte de nuestra sociedad es consciente de ello. De hecho, algunos componentes de nuestro Gobierno son completamente contrarios (1). Quienes se despliegan por medio mundo, con su esfuerzo, su compromiso y su eficacia, son quienes compensan estas carencias. Lo conoce y valora perfectamente nuestro Rey, cercano siempre a nuestras formaciones cuyos componentes saben corresponder con lealtad y afecto. Basta ver una sencilla serie de fotografías de sus visitas: indiscutible sintonía; lealtad de doble sentido.

Comienzo de verano en un ambiente mundial incierto –europeo y norteamericano especialmente– cuando conflictos graves como los de Ucrania (2) o Gaza se han enquistado gravemente sin fecha de caducidad. Como si ya diésemos por sentado que el sufrimiento de unos seres humanos es irremediable, insustituible por la ilusión de una necesaria paz.

¡Todo nuestro agradecimiento a nuestros hermanos de la Armada que, con su esfuerzo, contribuyen a asegurar esta paz en zonas de alto riesgo!

(1) Bildu ha registrado en el Congreso un documento en el que exige «depurar» nuestras Fuerzas Armadas.

(2) Suecia, Noruega y ahora Dinamarca, alertan a sus ciudadanos para que almacenen alimentos para tres días, incluidas pastillas de yodo.

Luis Alejandre Sintes es general (R)