España es el tercer país del mundo que más vino produce, el primero en superficie de viñedo y también el primero en exportación por volumen, según el informe de la Organización Interprofesional del Vino de España. Por eso no deja de sorprender que al acudir a la gran mayoría de bares y restaurantes, los vinos por copas sean escasos: un blanco y un tinto o, a lo sumo, un par de cada. Los rosados, claretes, generosos y espumosos no están, igual que una mejor oferta para copear. ¿Pero es porque no se les espera? ¿De qué depende tener más o menos vinos por copas?