Productos procesados que sí son saludables: de las verduras congeladas a las legumbres de bote

Productos procesados que sí son saludables: de las verduras congeladas a las legumbres de bote

¡La industria alimentaria es el mal! ¡Te engañan continuamente para impulsarte a comer sus productos insanos! ¡Nada que esté envasado es bueno para tu salud! ¡Solo comprando frescos puedes tener una buena dieta! ¡Si no lo puedes comprar en un mercado, no lo metas en la cesta! En los últimos años se han multiplicado los mensajes que, ya sea con buenas intenciones o con intereses más o menos velados –sí, tener más seguidores o que el algoritmo te favorezca por ser el azote de la industria es también un interés– nos hacen creer que la industria alimentaria es perversa por definición y que nada que haya pasado por una planta de procesado puede ser nutritivo y saludable. Y no es verdad.

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¿Qué es un procesado? Y tú me lo preguntas…

Bombardeados por mensajes contra los ultraprocesados podemos perder el norte e identificar erróneamente cualquier cosa que haya pisado una fábrica con un ultraprocesado. Para resolver este problema nuestro compañero Juan Revenga te contó cómo distinguir los buenos procesados de los ultraprocesados insanos en un pormenorizado artículo en el que encontrarás su clasificación cuatro grupos (según su grado de procesamiento y siguiendo un sistema propuesto por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Sao Paulo).

Para ponértelo fácil, en este artículo vamos a reducir la clasificación a las categorías de procesados y ultraprocesados. Te doy una clave para distinguir a los ultraprocesados: no se fabrican, se diseñan (sí, por malvados tecnólogos alimentarios como… yo). Siendo un poco más concreta, puedes identificarlos porque:

Llevan ingredientes que no conoces ni tienes en tu cocina.
Pasan por procesos tecnológicos que no puedes hacer en casa (dime que no tienes una extrusionadora en el salón).
Llevan aditivos que no tienen como objetivo mantener las propiedades del alimento, sino cambiarlas para hacerlos más atractivos (potenciadores del sabor, edulcorantes, colorantes…).
Son irresistibles hasta el punto de que es difícil parar de comer una vez que empiezas (hablé de ello en este artículo). 
Pretenden sustituir a alimentos poco procesados: postres lácteos en lugar de yogures naturales, cereales de desayuno en lugar de copos de avena o palitos de merluza en lugar de filetes de este mismo pescado.

¿Son todos los ultraprocesados insanos? Pues salvo honrosas excepciones como la leche de fórmula, podemos decir que sí. Aquí viene la duda existencial, el bucle filosófico, ¿si no son ultraprocesados son sanos? Pues no: hay montones de alimentos que “solo” son procesados que es mejor que dejes fuera de tu dieta. Carnes procesadas -sí, incluyo el jamón curado, la pechuga de pavo asada con un 90 % de carne y el chorizo de tu pueblo-, bebidas alcohólicas, frutos secos con sal o con azúcar, miel, frutas en conserva en su jugo o en almíbar; cuanto menos, mejor.

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