Puigdemont quiere cobrarse ya su apoyo a Moncloa

Puigdemont quiere cobrarse ya su apoyo a Moncloa

El objetivo de Junts cuando el presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, convocó el adelanto electoral, fue construir una candidatura alrededor de su líder, Carles Puigdemont, para optar a presidir el ejecutivo catalán. El todavía eurodiputado podría volver tras la ley de amnistía, calcularon en el partido, y la campaña debía girar en torno a él, que estableció una sede portátil en el sur de Francia y planteó los comicios como una dicotomía entre su formación y el PSC de Salvador Illa, ganador de las elecciones. Pese a crecer en votos y escaños -Junts suma ahora 35 parlamentarios por los 32 que obtuvo en los comicios autonómicos de 2021-, el nefasto resultado de ERC impedirá cualquier tipo de mayoría independentista, por lo que en Junts sólo se contempla una legislatura desde la oposición o una repetición electoral, que ven «probable», aunque «una mala noticia».

Puigdemont ha calificado desde Argelès-sur-Mer su resultado de «meritorio» pero «insuficiente». Los posconvergentes han conseguido 18 diputados por la demarcación de Barcelona, donde suman 2 escaños más que en 2021; repiten los 7 y 5 diputados en Girona -fuedo del expresidente- y Lleida, respectivamente; y suman un asiento más por Tarragona respecto a los obtenidos en los últimos comicios autonómicos, sumando cinco. En porcentaje, los posconvergentes obtienen hasta el 21,64% de los votos, aumentando en un 1,58% respecto a 2021. Tanto en Lleida como en Girona Junts fue la fuerza más votada, mientras que en Barcelona y Tarragona el vencedor fue el PSC.

Puigdemont, antes de empezar la campaña electoral, avanzó que si no conseguía gobernar tras los comicios se retiraría activamente de la política. Las posibilidades de formar Govern por parte de Junts son nulas, pues la suma del conjunto de los independentistas -incluyendo a Aliança Catalana, con quien los posconvergentes «no gobernarán ni por activa ni por pasiva», como se comprometieron a hacer- es de 61 diputados, mientras la mayoría absoluta en el hemicilo catalán se sitúa en los 68 escaños. La otra alternativa, muy improbable, pasaría por un acuerdo con el PSC, que no otorgaría en cualquier caso la presidencia a Puigdemont dada la contundente victoria de Illa, que suma hasta 42 parlamentarios. Si el expresidente de la Generalitat cumple su palabra, no será el líder de la oposición en el Parlament de Cataluña en la legislatura que se inicia.

En el caso de que no pueda llevarse a cabo un ejecutivo en el Parlament mediante cualquier otra fórmula y este bloqueo aboque a una repetición electoral, se desconoce si la intención del dirigente de Junts pasaría por volver a presentarse. Esta vez podría, hipotéticamente, hacer la campaña desde Cataluña y participar, por ejemplo, de unos debates a los que ha tenido que acudir el número tres de la formación por la provincia de Barcelona, Josep Rull.

En caso que el dirigente decida, suceda lo que suceda, dar un paso al lado, se abrirá un proceso de debate en el seno del partido respecto al liderazgo del mismo y la deriva ideológica de una formación que incorpora a varias familias. Los partidarios de su presidenta, Laura Borràs, más proclive al enfrentamiento con el Estado, critican que la candidatura haya tratado de exponer una imagen más cercana a la antigua Convergència i Unió. Pese a la mejoría respecto a los resultados de 2021, consideran que la victoria de Junts pasaba por una carrera electoral donde la «agenda nacional» estuviese en el centro. Y no las propuestas «autonomistas» que, juzgan, ha puesto sobre la mesa el expresidente y su entorno.

En el seno de la formación también achacan la imposibilidad del independentismo de reeditar una mayoría absoluta -que ininterrumpidamente ostentaban en el Parlament desde hace más de una década- al «mal gobierno de ERC», que imposibilita, consideran, un entendimiento entre «las dos grandes familias del independentismo». Para Junts, no obstante, es una «pequeña victoria» volver a erigirse indiscutiblemente como el partido más votado entre el secesionismo, cartel que perdieron en las pasadas elecciones, cuando ERC obtuvo un diputado más que la candidatura entonces encabezada por Borràs y no tuvieron más remedio que investir presidente a Pere Aragonès.

Con este resultado de Junts, no obstante, consolidan su posición como segunda fuerza en el Parlament, con exactamente el mismo número de diputados que el tercero -ERC- y el cuarto -PP- juntos. De esta manera, la formación ha relativizado su puesta en escena en el Jean Carrère Space de Argelès-sur-Mer, felicitando en primer lugar a los socialistas por su victoria. La prioridad de los posconvergentes, en este momento, es la vuelta de Puigdemont para el debate de investidura. A partir de esta cita, dependerá de la capacidad de Illa para formar un nuevo Govern.

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