La Denominación de Origen Ribera del Duero empieza a sumergirse en el envero, en una campaña marcada, sobre todo, por las diferencias fenológicas que ha presentado el viñedo en función de las características de cada planta, como su edad, tipo de suelo orientación o altitud.
Las temperaturas registradas esta campaña desde el 1 de noviembre de 2023 y las generosas precipitaciones han permitido una correcta brotación y desarrollo de la planta desde mediados de abril, según se desprende del informe sobre la situación del viñedo elaborado por el Servicio de Viticultura y Enología del Consejo Regulador ribereño.
De hecho, el estado sanitario de la planta es óptimo, con baja incidencia de la polilla del racimo respecto a otras campañas, riesgo bajo de infección por mildiu aunque con la necesidad de vigilar posible aparición de oidio donde ya se han visto algunos síntomas en parcelas muy puntuales.
En la actualidad, el viñedo se encuentra en la conocida como ‘compactación de racimos’, después de que el estado de Punta Verde se estableciera de media el 14 de abril, 11 días antes de la fecha media, la Floración el 14 de junio, solo dos días antes de lo habitual, y el Tamaño Guisante el 1 de julio, ajustándose por completo al momento medio.
Pero dicho esto ¿Qué es el envero?
El envero, por un lado, ofrece un dato crucial y preciso sobre el estado de la campaña de a vendimia, ya que es el momento en el que las uvas pasan de su etapa de crecimiento a la de maduración.
Se caracteriza principalmente por el cambio de color de las uvas, que adoptan el que será su tono definitivo, rojo o azulado en el caso de las uvas tintas, y amarillo en el de las blancas.
También existe otra proceso que se lleva a cabo por estas fechas también como es el aclareo, que no es otra cosa que eliminar los racimos menos prometedores de las viñas para que, de esta forma, los racimos que se quedan en la cepa puedan recibir más recursos de la misma hasta el momento de la vendimia.
Un trabajo manual y esencial siempre, pero especialmente en épocas de sequía ya que al haber menos agua es vital que disponible vaya para los mejores racimos y estos puedan madurar mejor con el objetivo de elaborar unos vinos de mayor calidad. Se prioriza la calidad por la cantidad.
