Carlos Alcaraz lleva las dos últimas rondas de Roland Garros muy sólido. Si en segunda ronda mostró alguna duda ante De Jong, contra Korda y contra Félix Auger Aliassime desplegó un tenis fantástico de principio a fin. “He estado muy concentrado, sin altibajos en mis pensamientos, mis movimientos…”, admitió el español tras vencer al canadiense por 6-3, 6-3 y 6-1.
A veces duda de sí mismo cuando no le salen las cosas y eso hace que entre en agujeros de los que le cuesta salir. En ocasiones necesita la ayuda de Juan Carlos Ferrero, su entrenador, que no para de darle instrucciones desde el banquillo, para salir de ahí.
Carlos está jugando estable y táctico por momentos. Sobre todo con el revés busca mucho las pelotas profundas altas para complicar a los contrarios y poder ir metiéndose en pista. Su técnico le repite que acepte los intercambios sin temor. Ese juego más paciente no es incompatible con la esencia del juego del murciano.
Al número tres del mundo le gusta llevar la iniciativa de los puntos y combina esos tiros más directos con los golpes más liftados. Y le encanta dar espectáculo. Contra Auger Aliassime lo hizo en varios puntos. Muy llamativo fue este:
Alcaraz es un tenista con un buen revés a dos manos, pero para hacer este passing en carrera soltó la izquierda. No fue un golpe cortado, que siempre se hace a una, fue un tiro más plano con el que logró superar la subida del canadiense de forma espectacular. Su cara de pillo, de “la que he liado”, lo decía todo.
Otro de los momentos estelares vino aquí:
Era una situación además muy delicada porque se trataba de una pelota de break en contra, pero la volea voladora del español hizo que la Philippe Chatrier estallara en aplausos.
