“Salvando Inocentes”, una segunda oportunidad para que los animales puedan vivir de forma digna y feliz

“Salvando Inocentes”, una segunda oportunidad para que los animales puedan vivir de forma digna y feliz

La vida siempre da segundas oportunidades, una verdad que no solo es aplicable en los humanos y las decisiones que tomamos o situaciones que experimentamos, sino también en los animales. En algunas ocasiones, tanto los perros como los gatos no tienen la suerte de encontrar un hogar en el que ser felices con una familia que les cuide. Así, son varios los casos de abandono animal registrados en España y otros lugares del mundo, con razones a cada cual más dura. Por fortuna, sus vidas pueden cambiar y encontrar otro rumbo orientado a su felicidad, bienestar y el amor incondicional que pueden y deben recibir. “Salvando Inocentes” es un ejemplo de una nueva forma de vivir que pueden tener estas mascotas, ofreciendo una segunda oportunidad para disfrutar la vida que merecen.

Este refugio de animales nació hace siete años en Quintanar de la Orden, un pueblo de la provincia de Toledo. Irene Pujante, una de las personas voluntarias en la protectora, explica a LA RAZÓN que este proyecto surgió para “evitar que siguieran en la calle con los riesgos que conlleva, como posibles atropellos, desnutrición o enfermedades que pudieran causar la muerte del animal”. “Además de ello, todos los daños psicológicos o traumas que pueden experimentar como seres vivos que son, debido al abandono o pérdida que sufren. Buscamos darles un cuidado hasta que encuentran un hogar y una familia definitiva donde pasar el resto de su vida”, agrega.

El lanzamiento de “Salvando Inocentes” no fue fácil, y es que, como todos los comienzos, el progreso es lento, cuesta salir adelante y supone un gran esfuerzo hasta que ese glorioso propósito se transforma en un plan estable. Y a veces, se van presentando trabas que nos impiden prosperar de la manera que nos gustaría e incluso que nos obligan a poner un punto y aparte o posponer aquello que durante tanto tiempo hemos anhelado. Y cuando menos lo esperamos, la vida nos presenta un camino que nos ilumina hacia nuestro objetivo.

“La idea estaba en mente desde hace mucho tiempo. Al principio, te encuentras muchas puertas que están cerradas, pero a veces, cuando estás a punto de perder la esperanza, aparece la ayuda que necesitas”, reafirma Irene. Cuenta a este medio que el ayuntamiento de la localidad le brindó la oportunidad y facilitó un terreno municipal para este fin.

“Empezamos con apenas dos chelines para los animales y ningún otro sitio para guardar pienso, mantas o material de limpieza. Pero era la única alternativa. Poco a poco nos han ido ayudando a construir más chelines para los perros y gateras para los gatos”.

Así, este proyecto cogió forma con el tiempo y evolucionando de forma positiva. Recibieron donaciones de particulares, económicas y materiales, y aportaciones de campañas en colegios o asociaciones locales, ferias o eventos favorables al refugio. Hoy, cuentan con cinco chelines de perros y tres gateras, y también con casas de acogida “que a menudo escasean o se encuentran también colapsadas”.

E incluso “hay lista de espera para perros, pero sabemos que en cualquier momento podemos ser avisados por la Policía Local, Guardia Civil o particulares de un atropello, abandono o caso urgente, lo cual tendría prioridad para entrar en el refugio”. Ahora, “Salvando Inocentes” cuenta con siete voluntarios y “otras personas en la sombra, que colaboran en las casas de acogida, echan una mano en los rescates o prestan su ayuda en casos extremos o yendo a citas veterinarias”.

En el día a día, estos animales permanecen muy bien cuidados. Algunos llegan porque son encontrados abandonados, y otros, cedidos por sus anteriores dueños por diversas razones: “Lo principal es atender su cuidado y su bienestar, tal como pasear a los perros fuera del refugio para que puedan trabajar su olfato o hacer ejercicio. En el caso de los gatos, se establece la interacción entre ellos”, explica Irene.

[[QUOTE:PULL|||Irene Pujante, una de las voluntarias de Salvando Inocentes: “Es algo mágico e indescriptible. Diría que solo lo pueden entender quienes han pasado por ello”]]

De este modo, los voluntarios también se encargan de limpiar la estancia donde duermen, el terreno en el que se encuentran, cepillarles, bañarles… Todo lo necesario “para que se sientan cómodos y seguros, y poco a poco vayan sanando”. Pero el trabajo no se queda ahí. Fuera de este ámbito, los encargados también deben llevar a cabo los trámites de adopción, envío de cuestionarios, acudir a los avisos de animales en peligro, llevar el seguimiento y, en definitiva, compaginar sus propios trabajos y vidas personales.

Todo un sacrificio que conlleva un gran esfuerzo físico mental hasta llegar a “la segunda oportunidad” de estos animales como recompensa. La principal forma de difusión del refugio es a través de redes sociales, donde pueden llegar a más lugares y más gente más allá del pueblo y comarca. “Nos llegan propuestas de adopción desde cualquier punto de España: Barcelona, Asturias, Madrid, Galicia, País Vasco… E incluso en el extranjero, pues tenemos una gata llamada Goa en Bélgica, dos perros en Inglaterra y otra perrita, Fresa, en París”.

Casos como el de “Salvando Inocentes” llegan al corazón y emocionan por el compromiso y altruismo que reflejan. Una verdadera lucha por el bienestar animal y que muy pocos pueden descifrar. Aparecen animales abandonados, maltratados y con ojos bañados en lágrimas y, gracias a estos voluntarios y quienes eligen adoptar, logran la posibilidad de tener una segunda vida. En otras situaciones, también acuden familias que, por generosidad, llevan a sus ancianas mascotas para que otras personas puedan darles una última etapa digna.