Sánchez carga contra Ayuso y se sale de la curva

Sánchez carga contra Ayuso y se sale de la curva

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha inaugurado el curso político pisando el acelerador contra Ayuso. «Más transporte público y menos Lamborghini», ha dicho la semana en la que una nueva avería en Cercanías deja a centenares de pasajeros en el andén. El ejecutivo madrileño denunciaba la financiación a Cataluña y el último caos en los trenes dependientes del ministro Óscar Puente, y Sánchez se salió de la curva. Con un populista retrato de la sociedad madrileña, el presidente quiso advertir de su intención de subir los impuestos.

Ni gran parte de los madrileños usa un Lamborghini, ni la mayoría de los «ricos» madrileños tiene un Lamborghini, ni muchísimos conocían lo que era un Lamborghini hasta que Sánchez sobreactuó para desviar la atención de un verano cargado de problemas y una contestación interna a sus políticas. El presidente se enfrenta hoy a un comité federal tenso donde algunos barones acudirán con las espadas en alto. El secretario general de la federación madrileña, Juan Lobato, es uno de los críticos, aunque se prevé que sus aldabonazos al líder sean contenidos.

Poco más de una treintena de Lamborghini se han matriculado en España este año, pero el sanchismo ha decidido convertirlos en el espejo del lujo madrileño para justificar la intención del Gobierno de elevar la presión fiscal a las rentas altas. Se puede entender un discurso presidencial tan desenfocado sólo teniendo en cuenta el posible nerviosismo en el Gabinete del líder, encargado de elaborar y supervisar sus palabras. El hasta ahora jefe del Departamento, Óscar López, ha sido ascendido a ministro de Transformación Digital, cargo que ocupó José Luis Escrivá, nuevo gobernador del Banco de España.

El anuncio de nuevos cargos ha ido acompañado de otro ataque a la Comunidad de Madrid con la marca de coches como metáfora o «bulo», término de moda en el argumentario monclovita. Son los 34 vehículos de lujo vendidos en toda España este año con los que Sánchez ha pretendido ridiculizar a Ayuso, desviar la atención de las críticas por la financiación de Cataluña y las de barones de su partido. Además, ningunear al PP nacional y, a su vez, ignorar al PSOE madrileño y a su secretario general, Juan Lobato. La «ambigüedad» en cuestiones como la amnistía y el cupo catalán podrían pasar factura al madrileño. O lo que es lo mismo, no apoyar expresamente al líder puede costarle el puesto. Candidatos para sustituirle no le faltan. El alcalde de Fuenlabrada, Javier Ayala, y el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, son dos en las quinielas que hacen en el PSOE. El primero ya compitió con Lobato en las primarias de hace tres años y perdió.

El emblemático alcalde socialista ha mantenido una tensa relación con el portavoz madrileño por la manera de hacer oposición. Ayala entiende que Lobato no es lo suficientemente de izquierdas en algunos de sus planteamientos contra Ayuso, convirtiéndose en el más crítico de sus opositores. De hecho, el edil protagonizó en junio una de las más ácidas andanadas contra el portavoz a cuenta del centro de menores no acompañados de Fuenlabrada. Junto a él, la alcaldesa de Getafe, Sara Hernández, posicionada para el puesto junto al que consideran un favorito de Moncloa, Fernando Martín. El delegado del Gobierno se ha ganado la confianza de sus mayores gracias a los continuos enfrentamientos con la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid.

Mientras Pedro Sánchez planea un posible relevo en el PSOE de Madrid, su secretario general presume de «respaldo de la militancia», una frase habitual de políticos en crisis. Y es que ha sido regresar de su descanso vacacional y crecerle los problemas. A su cuestionado liderazgo interno se suma el juicio oral abierto contra Noelia Posse y varios ediles del PSOE en Móstoles por el caso ITV.

El dirigente madrileño se negó a tomar medidas disciplinarias contra la alcaldesa y el resto de investigados a la espera de la apertura de juicio oral, y esta semana ha anunciado el envío del expediente de éstos a la Comisión Federal de Garantías del PSOE. Más presión para Ferraz y otra piedra en el zapato de Lobato que cuenta aún con varios meses para relanzarse, antes de la convocatoria de los congresos nacionales.

Ya lo ha intentado esta semana con una carta a la militancia en la que se reivindica y solicita apoyos para volver a liderar el PSOE de Madrid ante los cambios que se avecinan. «En Madrid creo que ya toca consolidar, por fin, un proyecto ambicioso y solvente para echar al PP», afirmó en la misiva, días antes de que la presidenta de la Comunidad acusara a Pedro Sánchez de «planear un robo contra Madrid» por las críticas de éste.

El regreso de la actividad política avanza duros enfrentamientos entre el Gobierno de la Nación y el de Madrid, una constante en el discurso y la gestión de ambas administraciones. El giro de guion de Sánchez entrando al cuerpo a cuerpo con Ayuso prevé un curso político a cara de perro. Pese a no nombrarla, el presidente se refirió a la líder popular al asegurar que desde la Puerta del Sol se impulsan regalos fiscales a los más ricos en vez de «mejorar la vida de la clase media». La afirmación recibió la respuesta inmediata de la presidenta y su Gobierno. «Incapaz de hablar nada positivo sobre su gestión, incapaz de hacerlo desde la sede del PSOE, utiliza las instituciones de todos para, mintiendo, justificar el robo que planea a Madrid y la ruptura del modelo territorial a la medida de sus socios secesionistas», escribió Isabel Díaz Ayuso en X. Su Gobierno desmontaba los argumentos del presidente al afirmar que las bajadas de impuestos en Madrid tienen más impacto en las rentas bajas. Según datos de la Comunidad, desde 2010, ha rebajado el IRPF casi un 30 por ciento a éstas y un 4,65 a las más altas. Respecto a la Sanidad, desde Sol aseguran que los conciertos privados en la región representan el 11 por ciento frente a más del 23 por ciento en Cataluña, y en Educación, apelan al informe PISA para reivindicar la enseñanza en Madrid.

La «obsesión» de Sánchez con Madrid, como lo ven en Sol, se ha dejado notar en la reunión de la presidenta con el líder del PSOE madrileño. El encuentro entre Ayuso y Lobato formaba parte de la ronda de diálogos que tradicionalmente mantiene la jefa del Ejecutivo con los portavoces de los grupos parlamentarios tras el verano. No hubo apenas margen para la negociación, según revelaron algunos de los asistentes, pero Lobato constató su liderazgo opositor. Por si acaso hoy hay alguna duda en su partido.

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