Sexo, vísceras y sectas, la sofisticada y vacua nueva provocación de Yorgos Lanthimos

Sexo, vísceras y sectas, la sofisticada y vacua nueva provocación de Yorgos Lanthimos

El ya no tan niño terrible del cine griego, Yorgos Lanthimos (50 años, Atenas) lleva tiempo acomodando su transgresión al público de masas. La favorita (2018) y, sobre todo, Pobres criaturas (2023) lo han convertido en un cineasta comercial legitimado por la etiqueta de gran provocador. Su dominio de la puesta en escena es innegable, como su talento estético, pero Pobres criaturas (León de Oro del último festival de Venecia) acababa ahogada en su barroquismo. Lo mejor de la película era su personaje central, Bella Baxter, interpretado con innegable riesgo por Emma Stone, una actriz que ha encontrado en Lanthimos un cómplice perfecto para explorar personajes femeninos libres y desatados. Bella Baxter, sin embargo, encerraba una problemática paradoja: su revolución sexual se sostenía sobre una de las fantasías eróticas más misóginas que existen, el de una mujer con el cerebro de una niña. Una ninfómana pura e inocente que, en el fondo, no incomoda a nadie, sino más bien al revés.

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