Shakira ha vivido años convulsos con Hacienda pisándole los
talones, lo que ponía su economía personal en serios apuros. Sus diferencias
con la Agencia Tributaria les enfrentó en los tribunales, con muchos millones
en juego. Ella se negaba a regularizar su situación fiscal en España, al
considerar que no vivía aquí, aunque las pruebas de sus estancias en Barcelona
junto a Gerard Piqué y sus hijos desmentían su versión. No obstante, parece que
la cuenta corriente de la colombiana ha experimentado una inyección importante
que le hace respirar tranquila, tras lograr vender su mansión de Miami. Le ha
costado mucho, pero al final ha encontrado nuevo dueño para su residencia,
gracias a la mediación de su amigo Marc Anthony. Un actor de Hollywood pasará a
disfrutar de las lujosas estancias de su palacete, después de desembolsar los
correspondientes 17 millones de dólares que se pedía por ella.
Será un negocio redondo para la artista de Barranquilla,
pues aún no ha terminado de cerrar la transacción, aunque las negociaciones
están tan avanzadas que ya se da por seguro el éxito. Esta mansión formó parte
del imperio de Shakira en 2004, cuando se la compró a un empresario portugués
por 5 millones de dólares. Bien es cierto que la cantante ha invertido mucho
más en su remodelación y acondicionamiento para adaptarla a sus gustos y
necesidades. Así le añadió un puerto privado para llegar desde el agua a la
casa sin pasar por donde se apiñan los paparazzi. Le puso todas sus ilusiones a
esta residencia en la que deseaba instalarse tras dar por finalizada su etapa
en España, pero al final decidió colgarle el cartel de ‘se vende’. Lo hizo por alejarse
del lujo que se le presupone y ver cómo popularmente se denomina a su casa como
“la mansión de la caca”, por el olor que desprende al encontrarse al lado de
una desagradable fosa séptica que le instalaron después de la compra. Toda una
faena.
Pese a todo, parece que el nuevo dueño, identificado como un
actor de Hollywood cuya identidad no ha trascendido, será el nuevo vecino de
Alejandra Sanz o Beyoncé. Aun así, sea quien sea, vivirá a cuerpo de rey y con
todo lujo de comodidades a su disposición. El ingente montante que se pide por
la residencia no solo se explica por su privilegiada posición y sus populares
vecinos, sino también por contar con tres habitaciones a modo de suites con sus
respectivos cuartos de baño, amplios salones y comedores, una espectacular
cocina con office, un gimnasio privado y, por supuesto, mucho espacio. En los
750 metros cuadrados de la propiedad también se incluye una amplia zona
ajardinada, donde se encuentra la impresionante piscina o la zona chillo ut al
estilo libanés.
Shakira tenía claro que su nueva vida de soltera debía pasar
por instalarse en Miami. Tras su precipitada ruptura de Gerard Piqué al entrar
en sus vidas Clara Chía, la cantante quiso poner tierra de por medio y huir de
Barcelona. Allí se sentía acosada por la prensa, pero también por sus suegros, quienes eran sus vecinos en su residencia de Esplugues de Llobregat, como así
se quejaba en sus canciones a modo de pullitas. Se instaló en esta residencia
que ahora vende por 17 millones de dólares, aunque no soportó el olor de la
fosa séptica y prefirió buscar un rincón aún más exclusivo. Así, fijó su
residencia junto a sus hijos en Fisher Island, en Biscayne Bay, donde acuden
las grandes fortunas a huir de la atención mediática, pues solo se puede llegar
hasta aquí en ferry o helicóptero. Su escondite cuando quiere esconderse de
miradas indiscretas, como esas que ahora le han pillado cenando con su ex, Antonio de la Rua, con escándalo incluido.
