Un día en la vida de Tara Browne

Un día en la vida de Tara Browne

Es una paradoja cruel: Tara Browne, chico dorado del Swinging London, ha quedado inmortalizado por el accidente que acabó con su vida. Hasta entonces, era principalmente conocido por ser uno de los herederos de la cervecera Guinness; en realidad, recibiría su parte de esa fortuna al cumplir los 25 años. Y solo tenía 21 aquella noche de diciembre de 1966 en la que, al volante de un Lotus Elan, se estrelló en una calle londinense. Semanas después, John Lennon usó aquella desgracia, con los detalles precavidamente alterados, para el impávido inicio de lo que sería A Day In the Life, luego completado con una ocurrencia rítmica de Paul McCartney. El tema cerraría su LP más celebrado, Sgt. Pepper. Reforzados por una turbulenta orquesta sinfónica, los Beatles parecían retratar la banalidad de la vida cotidiana y sugerir una búsqueda personal a partir de paraísos artificiales (la BBC prohibió de inmediato su radiación).

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