Algunos vinos son el fruto del destino de su viticultor. Detrás de muchas botellas hay historias personales que actúan como auténticas lecciones de vida. Josep Grau tuvo una existencia financiera que decidió cambiar por la seducción del campo. La inmersión en el viñedo, la profundización en prácticas vitícolas tradicionales, de pura artesanía, han sido los argumentos para que este elaborador consiga vinos muy expresivos.
Así, todo lo que etiqueta Grau tiene calidad y personalidad. También en la variante rosada. Fruto del diálogo de las garnachas. Especialmente en la tinta procedente de ese paisaje catalán entre el Montsant y el Priorat. Aunque también colabora a la frescura del conjunto y a la precisión quirúrgica de este vino la versión blanca de esa variedad. Hasta el extremo de que en una cata a ciegas llaman la atención poderosamente unas notas balsámicas muy típicas, de suelos pizarrosos y de vejez larga.
Ese camino del Montsant y el Priorat no solo aporta la materia prima, sino también el carácter distintivo de estos vinos. Las garnachas, tanto tintas como blancas, dialogan en la botella, creando una sinfonía de sabores y aromas que transportan al bebedor directamente a las laderas soleadas de esta región. Las notas balsámicas, fruto de la interacción entre el suelo y la vid, son el sello distintivo de los vinos de Grau, y en el rosado Regina 2022, se presentan con una claridad sorprendente.
Vino profundo, cremoso, cuyo paso de boca es sincopado, con buena acidez y memoria. Rosado con Crianza, que se fermenta en fudres austriacos de 600 litros y pasa seis meses posteriores sobre sus propias lías. No es frecuente que estos ejemplares toleren también la crianza, pero en esta ocasión hay una rotunda propuesta donde se combinan de forma muy equilibrada los rumores del campo y las notas florales y frutales con la deliciosa estructura del vino. Para pasear soñando con el Mediterráneo.
Bodega:
Josep Grau Viticultor.
Vino:
Rosado Regina 2022.
D.O.:
Montsant
Pvp:
25,80 euros
josepgrauviticultor.com
