La nave comercial salió del puerto de Cartagena, en Murcia, alrededor del año 320 d.c. con un cargamento de cientos de ánforas llenas de aceite, vino y salsas de pescado. Con unos cuatro tripulantes a bordo, enfiló las tranquilas aguas del Mediterráneo en dirección a un puerto todavía desconocido, quizás a la actual Italia, en Córcega, o a alguna de las islas Baleares. En algún momento, el navío alcanzó la bahía de Palma, al sur de la isla de Mallorca, que era utilizada por como puerto lagunar por muchas tripulaciones de las naos que comerciaban en el Mediterráneo.