Una fragata de la Armada vigila un buque ruso en el Mediterráneo durante su despliegue con la OTAN

Una fragata de la Armada vigila un buque ruso en el Mediterráneo durante su despliegue con la OTAN

Desde hace tiempo, los buques de la Armada tienen entre sus misiones la vigilancia de barcos rusos tanto por aguas españolas como aliadas cuando se despliegan en las diferentes fuerzas de disuasión de la OTAN. Algo ya habitual que se repite cada vez con mayor frecuencia. De hecho, la pasada semana, el patrullero “Centinela” monitorizó un buque ruso a su paso por el noroeste de España. Y recientemente, la fragata “Cristóbal Colón”, desplegada en la Agrupación Naval Permanente nº2 de la Alianza (SNMG-2) ha hecho lo propio en el Mediterráneo oriental.

Así lo ha confirmado el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) en un comunicado hecho público hoy, en el que detalla que el buque español “ha interceptado y realizado cometidos de seguimiento y monitorización” a la fragata tusa “Almirante Gorshkov’” la cual navegaba en tránsito hacia el puerto sirio de Tartús. Se trata de un barco ya conocido por las Fuerzas Armadas españolas y al que han vigilado de cerca en otras ocasiones cuando pasaba cerca de aguas territoriales españolas.

Hasta la invasión de Ucrania por parte de Rusia, estas agrupaciones navales (en las que España aporta medios en diferentes periodos cada año) estaban concebidas como la primera respuesta naval de la OTAN ante cualquier crisis y además de patrullar diferentes mares, realizaban maniobras multinacionales como para mejorar la interoperabilidad entre marinas aliadas. Sin embargo, desde ese momento ampliaron sus cometidos y, por un lado, esos ejercicios ya se llevan a cabo con el objetivo de sacar músculo mostrando unidad ante Rusia y, por otro, llevan a cabo una vigilancia reforzada sobre unidades rusas para obtener información y ejercer disuasión.

“Integridad territorial”

En concreto, la Alianza Atlántica cuenta con cuatro grupos navales permanentes: dos de superficies y dos de medidas contraminas, cuyos teatros de operaciones abarcan todo el Mediterráneo, el Océano Atlántico, el Mar del Norte y el Báltico. Tal y como añade el EMAD, estos despliegues permiten a las marinas de la Alianza “estar preparados para, en caso necesario, garantizar la soberanía y la integridad territorial”.

En el caso de la “Cristóbal Colón”, dentro de su integración en la SNMG-2 desde finales de agosto, participa actualmente en la operación “Noble Shield”, completando un intenso programa de adiestramiento en la mar por el Mediterráneo central y oriental mientras realiza las citadas actividades de vigilancia reforzada y seguridad marítima.

Y para cumplir sus cometidos, aporta medios y armamentos clave, destacando su capacidad de defensa y detección aérea gracias a su sistema de combate AEGIS y a su radar multifunción SPY-1D. A bordo, un total de 230 efectivos, entre los que se incluye el personal de la Unidad Aérea Embarcada (UNAEMB) de la 10ª Escuadrilla de Aeronaves (con un helicópetro SH-60B) y un equipo operativo de seguridad de Infantería de Marina.

Junto a la “Cristóbal Colón”, en la SNMG-2 también está integrado el Buque de Aprovisionamiento en Combate (BAC) “Cantabria”, como apoyo al resto de unidades participantes, entre las que se encuentra la fragata canadiense “HMCS Charlottetown”.

Además, en otro de los grupos, el de medidas contraminas nº2 (SNMC-2), se encuentra desplegado actualmente el cazaminas “Tajo”, el cual acaba de participar en el ejercicio internacional de guerra de minas “Nusret”, organizado por la Marina turca en aguas de la bahía de Esmirna y el mar Negro.

Vigilancia en aguas nacionales

Además de esta vigilancia a un buque ruso en el marco del despliegue con la OTAN, la pasada semana la Armada hizo lo mismo en aguas españolas. Fueron los días 2 y 3, cuando el patrullero “Centinela” realizó el seguimiento del buque de desembarco anfibio ruso “Vitse Admiral Ivan Gren” en su tránsito frente al litoral gallego.

El patrullero, integrado en el Mando Operativo Marítimo (MOM) y en el marco de las operaciones permanentes de presencia, vigilancia y disuasión en territorio nacional, localizó al buque ruso al noroeste de la costa española, al que siguió durante dos días hasta su salida de los espacios marítimos nacionales de interés en el mar Cantábrico, transfiriendo en ese momento la la responsabilidad de seguimiento a un buque francés.

Pero no solo en el mar se realizan estas vigilancia a unidades rusas. También por aire, en las operaciones de Policía Aérea de la OTAN. En la actualidad, España contribuye con ocho cazas F-18 y unos 150 efectivos que forman el destacamento “Paznic”, desplegado en Rumanía. Hace pocos días, estos aviones vigilaron las actividades de drones rusos en la frontera entre Ucrania y Rumanía.

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