El trauma es tan grande que Roqia Saee aún no logra hablar de ciertas cosas que ocurrieron cuando fue detenida por los talibanes, en dos ocasiones, en 2022 y 2023, tras haber participado en manifestaciones para exigir que las jóvenes de su país pudieran seguir estudiando. Esta mujer de 29 años, viuda y madre de dos hijos, huyó de Afganistán y ahora está en Alemania, donde ha pedido asilo. Físicamente se siente segura, pero hay heridas invisibles que siguen abiertas.