El golpe de efecto del líder del PSC, Salvador Illa, con el anuncio del fichaje de Josep Lluís Trapero como director general de la policía catalana complica unas posibles negociaciones futuras entre el PSC y ERC, en el caso de que sumasen, para gobernar la Generalitat. El major de los Mossos, seguramente el único policía conocido por la ciudadanía, es una figura que despierta animadversión entre los republicanos, que desde que aterrizaron en el Departamento de Interior no ocultaron su intención de apartarlo. Entre otras cosas, pesó en su cese como jefe de los Mossos su declaración en el Tribunal Supremo, que consideraron que fue la base para la condena de los líderes del procés y la denegación, hasta en dos ocasiones, de una escolta fija a Junqueras.