El Panathinaikos desactiva al Madrid y levanta la Euroliga (80-95)

El Panathinaikos desactiva al Madrid y levanta la Euroliga (80-95)

El Panathinaikos, con Ergin Ataman en el banquillo, vuelve a ser campeón de Europa trece años después. El Madrid fue el Madrid sólo durante medio partido. Luego pagó un colapso en ataque del que fue incapaz de escapar. Chus Mateo probó con todo y con todos, pero el equipo blanco sólo fue capaz de anotar 23 puntos en los dos últimos cuartos cuando en el primero se había disparado hasta 36. El 3/20 en triples fue la tumba de los blancos. El Panathinaikos se apuntó la Séptima (1996, 2000, 2002, 2007, 2009, 2011 y 2024) con todo merecimiento.

Chus Mateo dobló la apuesta de semifinales. Ndiaye volvió a ser titular. ¿Su respuesta? El canterano de 19 años anotó 8 puntos en un par de minutos, con dos triples incluidos. Fue el avance de la avalancha en que se convirtió el Madrid en el primer cuarto. Las dos faltas que cometió Tavares en los albores de la final no frenaron a un equipo que compareció desatado. La diferencia con la semifinal es que enfrente había un equipo con mucha dinamita en ataque. Por eso los griegos salieron vivos del primer asalto. Cualquier otro rival hubiera acabado en la lona por el acierto que mostró el Madrid. 36 puntos encajó el Panathinaikos, la cantidad más alta recibida en un cuarto en toda la temporada llegó en el peor momento. Chus Mateo tenía muy claro que había que atacar la defensa de Nunn. Lo hizo Musa y el plan funcionó a la perfección. El bosnio anotó y el escolta estadounidense se cargó con tres faltas. La dinámica con que empezó la final se prolongó hasta el arranque del segundo cuarto cuando el Madrid ofreció unos números mareantes: por encima del 70 por ciento en tiros de dos; rozando el 70 en triples y el 90 en tiros libres. Por eso la ventaja llegó a los 14 puntos (41-27) cuando todos los “viejitos” estaban en pista.

Ataman recurrió al cupo de secundarios entre los que estaban Juancho Hernangómez o Vildoza. Dos tipos a los que ha zurrado verbalmente de lo lindo. Su presencia, junto a Grant, fortaleció al quinteto griego atrás. Y la final viró. Los griegos se pusieron en manos de Lessort y Sloukas, dos de sus tres piezas decisivas. El pívot empezó a hacer daño en ataque. Poirier contestó, pero en la zona del Madrid no mandó como en otras veladas. El base asumió responsabilidades anotando y la diferencia estuvo pronto al borde de la extinción (46-45). El Madrid se había ablandado en defensa después de unos minutos sobresaliente liderado por Rudy atrás. El mérito es que fue capaz de rearmarse después del primer arreón griego. Un triple de Musa y otro de Campazzo abortaron el intento inicial de los atenienses.

El acierto exterior no se prolongó en el tercer cuarto. El Madrid empezó a fallar, Tavares y Campazzo cometieron su tercera falta y los griegos siguieron anotando con cierta regularidad. En el segundo intento, el Panathinaikos sí tomó el mando (56-58). El partido entró en un trance caótico que, en el fondo, benefició al Madrid. Cada lanzamiento de tres (0/9 en este periodo) era garantía de error. Tocaba rearmarse atrás porque el colapso en ataque era monumental. El Madrid se quedó en siete puntos en el tercer cuarto, el peor registro en toda la temporada. Sin ataque, el trabajo atrás permitió parchear un desastre que se evidenciaba con un 3/15 en el tiro. Aún con eso, el equipo no se había despeñado ante el tramo decisivo (61-64).

Pero el Madrid seguía sin encontrar la fluidez con la que se presentó en la final. Con Sergio Rodríguez a los mandos el equipo tampoco fluía. Un triple de Mitoglou y una canasta de Grant encendieron todas las alarmas (65-73). Chus Mateo dio la dirección a Campazzo y apostó por situar al equipo en zona 2-3, una defensa de las de toda la vida. El Panathinaikos se puso en manos de Sloukas. El base clavó dos triples para desmontar la zona que, en principio, había desconcertado a los griegos. A Sloukas le respondió Llull. Su aparición después de once errores seguidos desde la línea de tres reenganchó al Madrid a la final (76-79). Nunn, con sus cuatro faltas, tomó el relevo de Sloukas y la final empezó a escaparse. Porque en el Panathinaikos empezaron a sumar casi todas las piezas y los blancos tenían que pagar una debacle ofensiva imposible de soportar en una final de Euroliga. No hubo Duodécima, sí la Séptima del Panathinaikos.

80. Real Madrid (36+18+7+16): Campazzo (12), Musa (15), Hezonja (8), Ndiaye (8) y Tavares (4) -quinteto titular- Poirier (8), Yabusele (6), Rodríguez (11), Rudy (0), Causeur (2) y Llull (6).

95. Panathinaikos (25+22+15+31): Grant (11), Nunn (21), Papapetrou (4), Mitoglou (8) y Lessort (17) -quinteto titular- Sloukas (24), Grigonis (0), Hernangómez (5), Kalaitzakis (3), Antetokounmpo (0) y Vildoza (3).

Árbitros: Rocha (Por), Belosevic (Ser) y Difallah (Fra). Eliminados Campazzo y Poirier. Técnicas a Chus Mateo y Poirier.

Incidencias: 14.350 espectadores en el Uber Arena. Partido correspondiente a la final de la Euroliga.

Final Four Berlín 2024

Semifinales

Panathinaikos, 73-Fenerbahçe, 57

Real Madrid, 87-Olympiacos, 76

Final

Real Madrid, 80-Panathinaikos, 95

Tercer y cuarto puesto: Fenerbahçe, 84-Olympiacos, 87