KH-7, la rentable historia del quitagrasas que nació por casualidad

KH-7, la rentable historia del quitagrasas que nació por casualidad

Las oficinas de KH Lloreda, ubicadas en Granollers (Barcelona), se asemejan más a la sede de una escudería de rallies que a una empresa especializada en quitagrasas. Tienen hasta un plató de televisión donde ellos mismos se graban sus propios anuncios —Chenoa ha sido una de las últimas en pasar por los estudios—. Josep Maria Lloreda, propietario y director, de 70 años, acaba de llegar de la Titan Desert, la carrera por el desierto de Arabia en la que tienen un equipo patrocinado, y en apenas unas semanas recorrerá Rumania entera en un buggy. “Me gusta estar en constante movimiento. Seguramente esta es una de las claves de éxito de la empresa. Estoy en el mejor momento para disfrutar de la vida”, asegura. Una motocicleta de enduro con el logo de KH-7 —su producto estrella— ocupa el centro de la planta de oficinas. Se trata del vehículo de Laia Sanz, siete veces campeona del Dakar y una de las principales embajadoras de la marca barcelonesa que este año cumple 75 años de historia. Es líder en quitagrasas —42,8% de cuota— y en quitamanchas —48,1% de cuota—, según el informe de Nielsen 2023 Valor.

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