La moción de censura contra Sánchez

La moción de censura contra Sánchez

A pesar de la artificiosa euforia del PSOE y las declaraciones grandilocuentes de Sánchez, la realidad es que el resultado de las elecciones catalanas abre una etapa de fuertes tensiones e incertidumbre sobre la estabilidad de su gobierno de coalición. El análisis del resultado permite constatar una obviedad y es que no se movilizó el electorado nacionalista. La participación fue de un 57,96% que es la cuarta más baja de la serie histórica, superando solo el 56% de 2006, el 54% de 1992 y el 51,3% de 2021. El PSC ganó las elecciones, pero con un 28% que no parece que sea un extraordinario mandato de los catalanes. No le quito ningún mérito, pero los datos permiten analizar objetivamente, insisto, el escenario. Lo sucedido en Barcelona, donde el PSC gobierna con 10 concejales de 41 y solo un 19,82% de los votos, hace que la pretensión de Puigdemont no sea excéntrica frente a la campaña de descalificación desatada por La Moncloa. No la comparto, pero responde a la lógica aplicada por el sanchismo y sus aliados en la capital catalana o el gobierno de España.

Por supuesto, los socialistas ni pueden ni deben contar con el apoyo del PP que tiene que votar a su propio candidato para la Mesa del Parlament y hacerlo en contra de Illa. Hay que aprender de errores anteriores. Sánchez llegó al poder gracias a una moción de censura y puede perderlo por esta misma vía. La legislatura depende de Puigdemont que podrá regresar a Cataluña una vez que se apruebe la polémica ley de amnistía. Lo hace con la fuerza de sus siete diputados en el Congreso, que son decisivos para la estabilidad de un gobierno socialista comunista que nada tiene que ver con los planteamientos ideológicos de una formación de centro derecha como Junts. No hay ningún compromiso para garantizar la legislatura. Nada le puede ofrecer Sánchez, pero además, el político catalán sabe que quiere acabar con él y que asuma el poder en su partido un dirigente que se someta al sanchismo. Por tanto, como decimos en catalán, «caixa o faxa». Es decir, le hacen presidente de la Generalitat o la legislatura estatal se ha acabado. Junts se abstendría si Feijóo presentara una moción de censura en las próximas semanas.

Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).