La polémica presidenta de Perú, Dina Boluarte, se esfumó de sus obligaciones como jefa del Estado durante doce días durante el verano del año pasado para someterse a un proceso de varias cirugías plásticas. Según esta información difundida por el semanario Hildebrandt en sus Trece -que cita fuentes oficiales-, la mandataria pasa por quirófano de forma periódica para tratamientos menos invasivos “que ayudan a disimular los rigores de la edad”.
Esta información no ha sido desmentida por la presidencia. Boluarte, de 61 años, está en el punto de mira por usar varios relojes Rolex de oro con los que ha aparecido públicamente desde que comenzó en el gobierno como vicepresidenta y ministra de Desarrollo e Igualdad, y más adelante como sucesora del presidente Pedro Castillo.
La mandataria de Perú acudió a uno de los mejores cirujanos del país para retocar su apariencia física. El citado medio asegura que Mario Cabani Ravello fue el médico que llevó a cabo las operaciones. Personas cercanas a la presidenta, dijeron a la revista que Boluarte buscaba corregir la curvatura de su nariz, ya que le producía insatisfacción, especialmente en fotografías de perfil publicadas en los medios. También se retocó para disminuir las ojeras y reducir las patas de gallo.
Durante los doce días que se ausentó de sus obligaciones, Boluarte no participó en los Consejos de Ministros ni realizó visitas oficiales ni inauguraciones de proyectos. Tampoco recibió a visitantes en la Casa de Gobierno.
El diario peruano La República asegura que durante los días en que faltó Boluarte, el país vivía momentos críticos ya que el Congreso acababa de aprobar la destitución e inhabilitación de la ex fiscal de la Nación Zoraida Ávalos y se había admitido a trámite un proyecto de ley que modificaba la colaboración eficaz y que perjudicaría en la lucha contra la corrupción.
