La violencia y la inseguridad se adueñan de las calles de Alemania

La violencia y la inseguridad se adueñan de las calles de Alemania

Jóvenes y violentos. Las autoridades alemanas han dado la voz de alarma ante el creciente aumento de la inseguridad en las calles del país, en especial después de que varios políticos fueran atacados mientras colocaban carteles para las elecciones europeas. Por supuesto, el fenómeno de la violencia creciente no se reduce a la juventud, como pudo verse en el ataque de esta semana a la exalcaldesa de Berlín Franziska Giffey, perpetrado por un hombre de 74 años. Sin embargo, las noticias sobre jóvenes cada vez más violentos se repiten.

Los delitos violentos aumentaron en 2023 un 8,6%, según los datos oficiales. En el caso de los extranjeros, aumentaron hasta el 30%. Las escuelas e institutos de la capital, Berlín, en especial en los barrios más conflictivos, asisten a un aumento de las agresiones que llevó a que el año pasado la Policía tuviera que ir de media al menos cinco veces al día a algún centro.

Los ataques se produjeron en su mayoría por parte de jóvenes de extrema derecha, como en el caso del candidato del SPD Matthias Ecke, que sufrió una brutal paliza. Un grupo de extrema izquierda también atacó a un puesto informativo de la AfD el jueves y publicó un comunicado de autoría más tarde. El problema no es nuevo, pero llama la atención que en esta contienda electoral al parlamento europeo muchos de dichos ataques son llevados a cabo por jóvenes, a plena luz del día y con testigos, y no se molestan en ocultar su ideología.

En 2023, se registraron 947 ataques a políticos del partido verde Die Grüne seguidos de 293 del SPD, 266 del partido liberal FDP, 236 a ataques a políticos de la AfD, 134 eran socialdemócratas de la CDU y 65 de la CSU, así como 52 de Die Linke. Se ha escrito que la juventud alemana se ha radicalizado hacia la derecha, en especial después de un estudio publicado en abril con el título «La juventud en Alemania» que aseguraba que alrededor del 22% de los jóvenes quieren votar al partido Alternativa para Alemania (AfD) en las próximas elecciones.

El viernes, sin embargo, el diario Bild publicaba una entrevista con Manfred Güllner, el director del centro de investigaciones demoscópicas Forsa, uno de los principales del país, en la que este aseguraba que la encuesta tenía graves deficiencias. En especial, el método empleado, con encuestas online, habría falseado el resultado, ya que al parecer los jóvenes más radicales de derechas son más activos también en el mundo digital y más dados a realizar este tipo de encuestas. El jefe de Forsa cree que los votantes de la AfD entre los jóvenes estarían en torno al 14%, es decir, ocho puntos menos de lo que se creía hasta ahora. Güllner asegura que estos datos pueden llevar por tanto a conclusiones equivocadas.

En torno al debate sobre la seguridad, se ha destacado el aumento de la criminalidad de los más jóvenes y en no pocos casos de inmigrantes. Un ejemplo de esto lo encontramos en la ciudad de Renania del Norte-Westfalia, en la localidad de Ahaus, donde una banda de unos treinta jóvenes inmigrantes de 9 a 23 años de edad ha aterrorizado a la población hasta el punto de que el Ayuntamiento ha tenido que pedir ayuda ciudadana. Se han producido amenazas, extorsión, acoso, daños a la propiedad y lesiones corporales. En el mismo estado, en la ciudad de Oberhausen, hay otra banda similar que además se ha dado un nombre, el número «46», que pinta por las paredes. Al parecer, el grupo de jóvenes llamó la atención de las autoridades porque además de cometer delitos pusieron fotos de armas en las redes sociales.

El número de delitos registra en el caso de agresiones con víctimas mortales un leve aumento, pero no es mayor de las cifras que se dieron, por ejemplo, en 2017, con 342 asesinatos. La Policía cree que el aumento de la criminalidad y la violencia se debe a que «durante gran parte de los años 2022 y 2023, la inflación fue percibida como un problema importante» y que «esto no fue así en años anteriores y está relacionado con el aumento de casos y sospechosos, por ejemplo, en la delincuencia violenta», que se sumarían a las «tensiones en el ámbito social».

En la juventud los expertos destacan las «consecuencias psicológicas como resultado de las medidas contra el coronavirus, lo que también puede afectar su susceptibilidad para cometer delitos» y por último se nombra la elevada cifra de inmigración como un factor en sí que hace aumentar el porcentaje de población inmigrante delictiva. También destacan que «es de suponer que muchos solicitantes de asilo tienen varios factores de riesgo para diferentes áreas delictivas. Esto incluye la situación de vida en los centros de acogida, así como la inseguridad económica y las experiencias de violencia previas».

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