Sin presupuestos autonómicos y con el mensaje recibido de que hay que gastar menos, los grandes hospitales de Barcelona se preparan para contener más su actividad de verano. El hospital Clínic cerrará en agosto la clínica Plató, mientras que el hospital del Mar hará lo mismo con el de la Esperança. Las decisiones ilustran los incipientes reajustes que el sistema sanitario debe asumir en un contexto de incertidumbre económica. La oferta hospitalaria de agudos en la Esperança roza las 170 camas y Plató las 160, según datos del Ayuntamiento de Barcelona, aunque la ocupación siempre es inferior.