El amor por los animales es un sentimiento que siempre ha acompañado a Nuria Máximo Bocanegra (Madrid, 51 años). Por eso, después de diplomarse en Terapia Ocupacional y empezar a trabajar como profesora en la Universidad Rey Juan Carlos, decidió investigar el vínculo entre los humanos y los animales, pero buscando el bienestar de ambos. “Con la excusa de ayudar a un niño con autismo no se puede explotar a un caballo u obligarle a hacer algo con lo que no está a gusto el animal”, explica a EL PAÍS en su despacho de la facultad en Alcorcón (Comunidad de Madrid).