Resistir no es restituir

Resistir no es restituir

Durante las últimas dos semanas, el polideportivo de Argeles ha sido una cápsula fuera del tiempo donde era posible vivir en la magia de un pasado mítico. Era posible gracias al carisma que ha preservado Carles Puigdemont. Era la fuerza persuasiva de la liturgia: la repetición de un código conocido de quienes comparten una fe y que se congregan en un acto para sentirse parte de una comunidad definida por una identidad que va más allá de la política, más allá de la ideología.

Seguir leyendo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *