El verano de un gastrónomo a veces arroja momentos de melancolía. Todos los días del año del ajetreo burocrático hay lugar de cobijo para las sagradas artes del bebercio y del comercio. Pero si uno está depositado en la capital del reino durante el ecuador agosteño, o se acoge a la cocina de entretenimiento o rastrea lugares escabecheros y de pellizco fundamental como Amparito Roca.
Y ese embajador alcarreño llamado Jesús Velasco me susurra al oído diciéndome que llevo alguna añada perdida de uno de mis rosados favoritos de las última épocas como es Viña Aljibes. Y siguiendo con la melancolía y el verano perdido, hay pocos predios tan singulares en el centro de la península como el de la familia Lorenzo en la albaceteña Chinchilla de Montearagón. Monte bajo, caballos y ese paseo hermoso que desemboca en el viñedo. Y la interpretación del rosado gracias a la golosa variedad francesa, aqui bien aclimatada. En sus primeras vendimias se decantaba la pujante frambuesa y todos esos frutillas rojos que despuntan el aroma y el paso de boca. Pasa el tiempo, y no solo genera las marcas inevitables, sino también la capacidad de concentrar la expresión del vino. Y si se espera y se aguanta con paciencia, todavía mejor.
Al disfrutar de este campo, de extremo auténtico, estos bodegueros añaden carácter a sis vinos buscando en esta variedad de Syrah adaptada al paraje manchego y las indagaciones de nobles bodegueros. Un suelo calizo sin mucha materia orgánica y unas condiciones extremas que impiden un volumen y ofrecen un rendimiento naturalmente seleccionado, que hacen del término redondo una definición de estos grandes rosados que cada año se superan.
La tecnología aplicada a su concepción tradicional nos regala una garantía de calidad que siempre es un regalo a los sentidos cuerpos del disfrute.
Bodega:
Los Aljibes
Vino:
Rosado Viña Aljibes Syrah Rosado 2023
D.O.P.:
V. T. Castilla
Pvp:
6,40 euros
