Ayer Roca Rey volvió a la plaza de toros de Las Ventas y vivió en su regreso una de las tardes más complicadas de su carrera. El peruano sufrió una cornada grave y todos los seguidores y aficionados del torero se quedaron sin respiración durante unos segundos que se hicieron eternos. Entre ellos, Victoria Federica de Marichalar, íntima del diestro, que se tapó la cara durante la cogida, de lo más angustiada por ver a Roca Rey ser embestido y zarandeado con violencia por el toro.
Tras unos segundos de infarto, el torero peruano fue trasladado a la enfermería de Las Ventas con pronóstico grave y allí fue operado de urgencia. Durante su intervención con anestesia general, Victoria Federica acompañó a Roca Rey, apoyándolo en sus horas más bajas, inseparable de su amigo y muy preocupada por lo ocurrido durante su faena. Una vez finalizada la operación, el diestro ingresó en la Clínica La Fraternidad Muprespa Habana. Según ha desvelado “Libertad digital”, la hija de la infanta Elena también acompañó a su amigo durante este traslado desde la plaza al hospital.
Allí, el joven peruano se encuentra ingresado. “Herida por asta de toro en la cara posterior 1/3 proximal del muslo derecho, con dos trayectorias, una hacia delante de 15 cm. que produce destrozo en músculos isquiotibiales y contusiona nervio ciático y otra hacia dentro de 15 cm. que produce destrozos en músculo glúteo mayor”, dice su parte médico con “pronóstico grave”. De momento, Roca Rey continuará en el hospital, recuperándose de la cornada y el fuerte golpe que sufrió tras la caída.
Una tarde complicada
Había máxima expectación por volver a ver al peruano en Las Ventas, el ídolo de los jóvenes taurinos. Además de Victoria Federica, fiel al diestro cada vez que regresa a Madrid, Tomás Páramo y Pablo Castellano también se encontraban en la plaza, disfrutando de la jornada taurina. Ambos son muy amigos de la hija de la infanta Elena y no quisieron perderse la velada con Roca Rey a la cabeza y todos vivieron con mucha angustia y preocupación la cogida del torero.
