Imbatible Diego Ventura, con una faena volcánica de dos trofeos

Imbatible Diego Ventura, con una faena volcánica de dos trofeos

Llevábamos días de emoción. Entre la Puerta del Príncipe de Miguel Ángel Perera, la de Daniel Luque y la épica de la tarde anterior con un Manuel Escribano que nos desbordó y la inconmensurable tarde de Borja Jiménez llegamos a la corrida de rejones con el ferial ya a pleno rendimiento después del alumbrado.

Sergio Galán abrió plaza con una faena ajustada, medida, plena de elegancia y queriendo hacer las cosas siempre con mucha verdad y entrega. Cayó el rejón de muerte un poco trasero y requirió del descabello. A la puerta de toriles se fue a recibir al cuarto y lo paró desde ahí con mucho temple. El toro tuvo más movilidad y la faena más que explosiva fue de disfrutar la puesta en escena del jinete en todas las suertes. Desde «Bribón» y ese gustazo de ver cómo el animal da los pechos al toro en los encuentros a las cercanías de las suertes.

Explosivo fue el galope a dos pistas de Diego Ventura tras el primer rejón de castigo con dos trincheras incluidas. El toro de San Pelayo tenía muchas cosas buenas, pero había que llegarlo y para mantenerlo entretenido en las cabalgaduras. Se paraba si no era así. Y eso es lo que ocurrió. Ventura tiró de recursos y de doma y con «Guadiana» hizo la reverencia antes de clavar para después poner las tres rosas. Era la única manera de conectar con el público y salvar la sosería del toro. No estuvo tan certero con el rejón de muerte.

Ventura

Espectacular fue la manera en la que Diego Ventura paró al quinto toro de la tarde y brillante cómo clavó el primer rejón de castigo. Comenzaba la faena por todo lo alto. Con «Nómada» hizo lo que le dio la gana mientras el toro colaboraba y el rejoneador se lo dejaba llegar. Con «Lío» Diego ya se había hecho con la Maestranza de lleno. Aprovechó la bravura del toro para torearlo desde la distancia, citarlo desde la otra punta de la plaza y en la rectitud, cuando llegaba el momento del encuentro, la plaza era un manicomio. Se inventaba y reinventaba Diego según iban evolucionando las condiciones del toro. Con «Bronce» vino el momento más templado y la reverencia y ya sin cabezada a dos manos puso un par volcánico. Las cortas y las rosas hicieron el resto. Lo había cuajado. El cómplice había sido maravilloso.

Hermoso

Guillermo Hermoso de Mendoza se las vio con un tercero al que le faltó transmisión y movilidad, por lo que todo lo que hizo fue a cargo suyo. De ahí que después de probarse con «Martincho» las rosas y las cortas a dos manos fueron muy por los adentros para aprovechar la querencia y la inercia del toro hacia tablas. Con el rejón de muerte fue algo extraño porque pareció algo así como un metisaca, la cosa es que el rejoneador lo vio claro y se bajó del caballo para acompañar en la muerte al toro y hacerlo desprovisto de muleta y tocando la testuz del animal.

Tras la revolución de Ventura fue su segundo y último turno. Eso le exigió echar toda la carne en el asador.La faena al noble toro fue de menos a más, porque se lo trabajó, arriesgó, se metió por los adentros, a veces más de lo necesario, hasta ir convenciendo al público. Y ya al final en una innovadora y arriesgada manera de entrar a matar en una distancia muy larga. Sorprendente actuación.

Ficha del festejo

sevilla. Feria de Abril de Sevilla. Se lidiaron toros de la ganadería de Capea y San Pelayo. El 1º, noble; 2º y 3º, soso y parado; 4º, noble; 5º, bravo y noble; 6º, noble.

Lleno en los tendidos.

Sergio Galán, rejón trasero, dos descabellos (saludos); rejón, rejón (saludos).

Diego Ventura, dos pinchazos, rejón (saludos); rejón (dos orejas).

Guillermo Hermoso de Mendoza, metisaca (saludos); rejón, descabello (saludos).

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