Carla Vigo tiene una situación delicada y en los últimos años
su panorama personal y profesional ha sufrido altibajos que le han
desestabilizado emocionalmente. De hecho, ha tenido incluso que recurrir al
ingreso en un centro psiquiátrico para controlar su salud mental, para después
ocupar un piso tutelado en el barrio de Chamberí de Madrid, bajo el amparo de
la AISS, Asociación de Iniciativas Sociales, que centra su actividad en la
ayuda de personas con enfermedades mentales. Algo que llamó poderosamente la
atención de todos y ha dado mucho que hablar. Y es que la sobrina de la Reina Letizia parece no contar con el especial respaldo de su familia en momentos tan
difíciles. Aun así, parece que ya ha comenzado a encontrar la senda de la
recuperación y se siente preparada para emprender el vuelo en solitario, tras haber recibido el alta.
Algo que pasa por buscar el que será su próximo hogar.
Ahora bien, Carla Vigo no está dispuesta a vivir en
cualquier lugar. Después de estar unos años viviendo en casa de su exnovio
junto a sus padres y tras pasar por el piso tutelado de la AISS, ahora busca
una casa de lujo. Así lo afirman desde ‘Jaleos’, señalando que la joven de 23
años ha contratado los servicios de la agencia inmobiliaria Engel & Völkers
para que le ayuden a encontrar un apartamento a la altura de sus necesidades y
que le aseguren un hogar digno de su condición. Así, el pasado miércoles 17 de
abril se personó en una de las oficinas de esta exclusiva agencia inmobiliaria
para poner en conocimiento de lo que anda buscando, para facilitarles el
trabajo a la hora en rastrear una residencia en alquiler.
Por el momento no ha elegido el lugar en el que establecer
su nueva vida, aunque ya tiene muy claro que su etapa en el piso tutelado ha terminado.
Aquí, la hija de Erika Ortiz trataba de poner remedio a sus problemas
personales, inmersa en un programa de rehabilitación con la ayuda de
profesionales de la salud mental. El objetivo era darles un giro a sus
pensamientos de autopercepción corporal que ella misma confesó meses atrás y
que pusieron incluso su vida en riesgo. Parece que el tratamiento ha sido un
éxito, aunque nada barato.
Por la habitación que ocupaba en el piso tutelado, Carla Vigo debía pagar mensualmente un montante de 1.790 euros, lo que incluía no
solo el alojamiento, sino también la comida y los servicios psiquiátricos y los
terapeutas a su disposición. Con ellos trató el bache emocional que sufrió
cuando estuvo cerca de un mes y medio sin conciliar el sueño y sin poder comer.
También la bulimia que ella misma ha reconocido y de la que habla abiertamente
en sus redes para servir de apoyo a otras personas en su misma situación. Pero
ya se siente mejor. Ha estado encantada con ellos, pues han sabido darle las
fuerzas necesarias para afrontar su vida en solitario y poner en su sitio los
pensamientos que le minaban su autoestima. Sin embargo, ya quiere emprender el
vuelo y probar suerte en solitario, para poner en práctica todas las valiosas
lecciones que ha aprendido en este programa.
