Cristina Fallarás (Zaragoza, 56 años) ha pedido que la entrevista se haga en su casa. Donde la rodean sus incontables libros, donde la gata Gaturra se amodorra en un rayo de sol sobre el sofá, donde la escritora, periodista, tertuliana televisiva torrencial y combativa feminista desde hace ya un par de olas se siente segura. Donde no hay público. Son ya décadas ante cámaras y micrófonos cuestionando el orden establecido, y son ya demasiados encontronazos con personajes que se dan por cuestionados. De los seis años que lleva en Madrid, de hecho, esta es su segunda vivienda: en la anterior, en Chamberí, alguien le rajó una cruz en su mismísima puerta. “La [hija] pequeña estaba dentro”, denuncia ahora.