Día Mundial del Trastorno Bipolar: Cómo identificar sus síntomas

Día Mundial del Trastorno Bipolar: Cómo identificar sus síntomas

El Día Mundial del Trastorno Bipolar, promovido por la
Sociedad Internacional de Trastornos Bipolares (ISBD), la Red Asiática de
Trastorno Bipolar (ANBD) y la Fundación Internacional Bipolar (IBPF), es una
jornada de reflexión y conciencia sobre esta enfermedad mental que afecta a 140
millones de personas a nivel global y a más de un millón en España. Se celebra
el 30 de marzo, fecha del natalicio de Vincent Van Gogh en 1853, quien póstumamente
fue diagnosticado con trastorno bipolar, una condición que podría explicar
eventos clave de su vida, como la mutilación de su propia oreja y su suicidio.

Este día busca aumentar la visibilidad de este trastorno
mental, uno de los más extendidos, pero también de los menos comprendidos. A
pesar de su prevalencia, persisten numerosos mitos y conceptos erróneos que
deben ser desmentidos para fomentar un mayor entendimiento y empatía hacia
quienes lo padecen. La lucha contra el estigma y la desinformación es un
desafío constante en la misión de mejorar las vidas de las personas afectadas
por el trastorno bipolar.

¿Qué es el trastorno bipolar?

El trastorno bipolar es una enfermedad mental que se
caracteriza por cambios drásticos en el temperamento, oscilando entre periodos
de profunda depresión y estados de gran optimismo y euforia. Estos episodios
pueden variar en intensidad y frecuencia, afectando aspectos como el sueño, la
actividad diaria, la claridad de pensamiento y el comportamiento.

Este trastorno afecta por igual a hombres y mujeres,
presentándose generalmente alrededor de los 20 a 25 años. En las mujeres, los
síntomas pueden desarrollarse más rápidamente y con una inclinación hacia la
depresión. Dentro del trastorno bipolar, se distinguen varios tipos:

Bipolar I: El individuo ha experimentado al menos un
episodio maníaco, que puede llevar a la psicosis (desconexión con la realidad).
Este episodio puede estar precedido o seguido por un episodio depresivo o hipomaniaco
(depresión menos intensa).Bipolar II: La persona ha sufrido un episodio depresivo o al
menos un episodio hipomaniaco, pero nunca ha experimentado una crisis maníaca,
que se caracteriza por energía, optimismo y agitación excepcionalmente altos. Esto
no implica que el trastorno bipolar II sea más leve que el I, ya que puede
resultar en periodos de depresión más largos.Trastorno ciclotímico: Los episodios hipomaniacos o
depresivos ocurren frecuentemente durante varios meses o años. Estos episodios impiden
la capacidad de sentir placer, haciendo que el paciente se sienta a menudo
triste y vacío.

¿Cómo actuar frente al trastorno bipolar?

El trastorno bipolar es una enfermedad mental que puede
incrementar el riesgo de suicidio hasta quince veces. Se estima que esta
enfermedad podría estar detrás de hasta un 25% de los suicidios consumados. Por
eso, es crucial que estemos atentos y apoyemos a las personas en nuestro
entorno que puedan estar mostrando signos de manía o depresión debido a un
trastorno bipolar.

Al detectar estos síntomas, debemos contactar a un
profesional de la salud. Si la persona ya ha sido diagnosticada, es
recomendable tener acceso a su médico para pedir asesoramiento y expresar
nuestras preocupaciones. En caso de que no se haya diagnosticado aún, pero
sospechemos que puede estar experimentando un episodio maníaco o depresivo,
deberíamos contactar los servicios de emergencia, quienes nos guiarán y nos
pondrán en contacto con un especialista.

Hasta que recibamos indicaciones de un médico especializado,
hay acciones que podemos tomar para ayudar a esta persona. Sin embargo, el
enfoque varía si la persona está experimentando una crisis maníaca o una crisis
depresiva:

En una crisis maníaca, caracterizada por un estado de ánimo
excepcionalmente elevado, irritabilidad, disminución de la necesidad de
descanso, pensamiento acelerado y aumento del impulso sexual, es útil pasar
tiempo con la persona afectada. Durante estos episodios, es común que se
sientan solos y aislados, por lo que podemos dar un paseo y entablar una
conversación, evitando que el diálogo se vuelva demasiado intenso o derive en
una discusión.

Por otro lado, en una crisis depresiva, se puede observar
falta de interés, tristeza permanente, incapacidad para sentir placer,
alteración de los hábitos alimenticios, disminución de la capacidad de
concentración y de la energía. En estos casos, es crucial mantener al afectado
en un entorno seguro y brindar apoyo. Escuchemos activamente y seamos
comprensivos. Mantener una rutina puede ayudar a que el afectado sienta que
tiene más control sobre su vida.

En ambos casos, debemos ser conscientes de nuestros propios
límites. Manejar la experiencia de un episodio maníaco o depresivo siempre es
desafiante y puede llegar a ser abrumador. Si sentimos que no tenemos bajo
control la situación, es absolutamente necesario pedir ayuda a un profesional.

Tratamientos posibles

El trastorno bipolar es una condición crónica, con la que el
afectado vivirá durante toda su vida. Sin embargo, con un tratamiento adecuado,
sus síntomas pueden ser controlados o incluso minimizados. Este tratamiento es
siempre personalizado, ya que no existe un solo remedio que funcione para todas
las personas que padecen este trastorno. Normalmente, el tratamiento incluye
una combinación de medicación y diferentes tipos de terapia psicológica,
adaptadas a las necesidades del paciente.

El objetivo principal de los tratamientos para el trastorno
bipolar es lograr una reducción de los síntomas, para que los pacientes puedan
llevar una vida lo más normal posible. Sin embargo, en muchas ocasiones,
incluso un tratamiento específicamente diseñado para el paciente puede no ser
capaz de estabilizar completamente su estado de ánimo. Esto puede afectar
seriamente su vida, dificultando su socialización e incluso su inserción
laboral.

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