La Reina Letizia gana en las distancias cortas y no duda en
demostrarlo siempre que tiene oportunidad. Su cercanía le hace saltarse a veces
el estricto protocolo para acercarse a los ciudadanos que se arremolinan en las
inmediaciones de los espacios donde tiene un acto oficial. Esto siempre trae de
sí alguna que otra anécdota simpática, como sucedió hace unos días cuando
terminó comprándole unos décimos a un atrevido vendedor de la ONCE. Pero esta
vez lo que le ha sorprendido ha sido un regalo, el que le han hecho durante el
acto que han presidido los Reyes en la entrega de Medallas de Bellas Artes en
el Palacio de Congreso de Cádiz. La ciudad andaluza se convirtió en el
epicentro del arte en España, al reunir a numerosos profesionales de la cultura
patria, como María del Monte, Ana Belén, Diana Navarro y un largo etcétera.
Después de la ceremonia de entrega de premios a los
artistas, los Reyes no dudaron en compartir un tiempo distendido con los premiados,
los organizadores y demás asistentes al acto. Lo hicieron ya a puerta cerrada,
en una recepción privada, en la que Don Felipe y Doña Letizia pudieron
relajarse sin la presión de las cuestiones protocolarias y charlar con los allí
congregados. Este encuentro se alargó cerca de una hora, lo que dio lugar a
alguna que otra nota de color y anécdota. Como era habitual, muchos quisieron
hacerse la fotografía de rigor con ellos, a lo que accedieron encantados. Así
lo aseguran testigos que estuvieron en este encuentro a ‘Vanitatis’, que
reconocen que tuvieron “una paciencia infinita”.
Pero uno de los momentos más curiosos de esta cita a puerta
cerrada llegó cuando la Reina Letizia fue sorprendida con un regalo. Las hijas
de la diseñadora Mila Montero le habían llevado como obsequio. Ella no dudó en
abrirlo de inmediato, ante la atenta mirada del corrillo que se formó a su
alrededor. Así descubrió un precioso abanico, perfecto para estrenar en la
inminente Feria de Abril. Eso sí, a la consorte le gustó tanto que después de
agradecer el detalle reconoció que le combinaba a la perfección con el look elegido para su acto en Cádiz.
Después tuvieron ocasión de hablar durante unos minutos
sobre el vestido de flamenca que su madre le hizo a la Reina Sofía para acudir
al Rocío del año 1984. Un comentario que le trajo a la mente a la Reina Letizia
una duda que no quiso llevarse a palacio sin resolver. Así les preguntó a las
hijas de Mila Montero qué define un traje de flamenca, qué debe tener para que
sea considerado como tal, a lo que ellas respondieron que “los volantes”. Quizá
este comentario le trajo a la mente al Rey Felipe una imagen de su propia
madre, como así compartió durante la animada charla: “Tengo grabada la imagen
de ella a caballo con un traje amarillo y blanco”. Una estampa a la que seguramente
tenga un especial cariño de Doña Sofía.
