El «efecto Puigdemont» se frena en las encuestas

El «efecto Puigdemont» se frena en las encuestas

La victoria del candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa, es una realidad en la que coinciden el común de los analistas y estudios demoscópicos. En la ventaja con la que se impondrá frente a Junts y ERC está la clave de si podrá el exministro convertirse o no en president.

De momento, el amago de dimisión de su líder nacional, Pedro Sánchez, ha servido para que los socialistas catalanes suban en los últimos dos días cuatro escaños en las encuestas internas, lo que les coloca ya entre los 42 y 43 diputados. El PSC lleva sumando apoyos en los barómetros desde que en marzo el aún president, Pere Aragonès, anticipase las elecciones en al Parlament. Partieron entonces de los 36 escaños y han ganado en las previsiones en cosa de mes y medio siete representantes más.

La última encuesta de NC Report para LA RAZÓN, publicada este pasado lunes, otorgaba a Junts una horquilla de 32 a 33 sillones, los mismo que en la previa de marzo, con lo que el efecto electoral de que el prófugo Carles Puigdemont haya vuelto a la primera línea para ser el candidato de los neoconvergentes es, a la vista de los sondeos, limitado y habría tocado su propio techo en el nicho del independentismo sociológico.

La caída continúa para ERC en las encuestas con una pérdida de votos que le arrebatarían dos diputados en la Cámara catalana, con lo que se quedarían entre los 27 y los 28 escaños, muy cerca de Junts, aunque cada vez más lejos conforme se acerca la fecha electoral. Acuden, además, con un candidato que los sondeos para este diario han certificado que no es el preferido por sus votantes. El dirigente que los que votan republicano consideran ideal para aspirar al Ejecutivo autonómico es el exvicepresidente catalán Oriol Junqueras. Una posibilidad imposible –está inhabilitado por su condena en el «procés»– que les haría sacar un mejor resultado con una subida para el partido de dos escaños el próximo 12 de mayo.

La cuarta posición sigue siendo para un PP catalán que continúa mejorando sensiblemente su resultado demoscópico. La precampaña y campaña le serviría para subir un escaño en lo que sería, recordemos, una subida meteórica de los de Alejandro Fernández en apenas tres años desde las últimas catalanas en las que quedaron últimos con solo tres diputados en el Parlament.

Vox gana algún apoyo y sacaría un asiento más que en las encuestas anteriores, lo que les permitiría mantener la misma representación de 11 diputados en Cataluña, pero bajarían un puesto y pasarían a ser la quinta fuerza en la región.

La CUP mantiene su tendencia de perder apoyos y podría dejar se un escaño, según las últimas mediciones de NC, quedándose con entre seis y siete diputados, dos menos que los asientos que los anticapitalistas catalanes tienen actualmente en la Cámara. Los Comunes y Sumar sufrirían un descalabro histórico desde que aparecieron en Cataluña hace doce años y serían el último partido allí con seis diputados, dos menos que los que actualmente ostentan los de Colau con Jéssica Albiach al frente.

En definitiva, el independentismo suma de forma muy ajustada: llegaría, reflejan los sondeos, de forma muy justa a la mayoría absoluta de 68 escaños.

El bloque del constitucionalismo de PSC, PP y Vox reuniría 63 diputados, lo que le dejaría lejos de distanciar al independentismo del poder de la Generalitat. Solo sumarían una mayoría que rebasaría –con 73 escaños–a la del secesionismo si los de Ignacio Garriga y los Comunes, junto a populares y los propios socialistas, coincidieran en apoyar a Illa como president como forma de evitar que Puigdemont o Aragonès vuelvan a estar al frente de la administración catalana y emprender de nuevo el camino que marcó el «procés» para intentar desgajarse del Estado unilateralmente.

Siempre que las negociaciones de las dos fuerzas independentistas con el PSOE y el Gobierno de Pedro Sánchez no consigan acabar en la celebración de una maquillada consulta o referéndum de autodeterminación pactado con el Estado, a cambio de su apoyo.

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