El engaño del “vaciado de tarjetas sanitarias” a la Seguridad Social deja a los pacientes sin medicación

El engaño del “vaciado de tarjetas sanitarias” a la Seguridad Social deja a los pacientes sin medicación

En un preocupante escenario, farmacias en diferentes partes del país se han visto envueltas en un sofisticado fraude que afecta directamente a la Seguridad Social. Conocido como el “vaciado de tarjetas sanitarias”, este engaño ha llevado a la imputación de farmacéuticos en los últimos años.

El año pasado, la Guardia Civil capturó a una farmaceuta en Alicante, que había estado utilizando un método conocido como “vaciado de tarjetas” para defraudar al sistema sanitario. La estafa consiste en clonar las tarjetas sanitarias de los usuarios a través de un lector de tarjetas para realizar dispensas simuladas de medicamentos a cargo del Sistema de Salud Nacional.

El fraude fue descubierto cuando las autoridades detectaron un inusual aumento en el consumo de un medicamento llamado Ribotril, una benzodiazepina, que incrementa el efecto psicotrópico de algunas drogas. Esto generó sospechas sobre la actividad irregular en la farmacia pues este medicamento no estaba llegando a los pacientes, sino que era apartado sin su correspondiente dispensación.

Este caso no es un hecho aislado, ya que se ha observado una tendencia similar en otras partes de España y en otros países europeos. En Francia, por ejemplo, se ha visto este vaciado de tarjetas sanitarias a través de robos de identidad y “Cartes vitales” falsas.

Un incidente similares se reportó en Huelva en 2021, cuando cinco personas fueron arrestadas por formar parte de una red criminal que estafaba a la Seguridad Social para lucrarse ilegalmente con la venta de medicamentos en el mercado negro.

En el caso de Huelva, la práctica consistía en una simulación de dispensación, donde el medicamento no era entregado realmente al paciente, sino que se utilizaban cupones-precintos falsificados con el fin de obtener ganancias económicas de manera fraudulenta.

Este proceder, en numerosas ocasiones, perjudicaba al usuario al no poder retirar los medicamentos recetados por su médico, lo que comprometía su acceso a tratamientos adecuados para su salud. Los investigadores concluyeron que esta estafa venia presentándose desde ocho años previos a la captura.

La Guardia Civil ha destacado que este tipo de fraudes suelen requerir la colaboración de varias partes, incluidos profesionales de la salud, empleados de farmacias y terceros sin relación con el sistema sanitario. Además, estos esquemas fraudulentos suelen dirigirse hacia medicamentos crónicos y personas mayores, lo que dificulta que los pacientes detecten el fraude hasta que intentan recoger sus medicamentos.

Riesgos para los ciudadanos

Este tipo de actividades delictivas representan una amenaza no solo para la integridad del sistema de salud y la seguridad social al ser estos los que se ven estafados, sino también para la salud y seguridad de los pacientes, ya que los cohíbe de acceder a medicamentos que pueden ser vitales. Las autoridades están intensificando los esfuerzos para combatir este tipo de fraudes, pero la complejidad y la sofisticación de estos esquemas representan un desafío significativo.

Es crucial implementar medidas adicionales de seguridad y supervisión para prevenir y detectar el fraude en el sistema de salud. Esto incluye una mayor vigilancia en la dispensación de medicamentos, una supervisión más estricta de las transacciones farmacéuticas y una mayor conciencia pública sobre los riesgos asociados con el uso indebido de tarjetas sanitarias y la falsificación de recetas médicas.

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