El ‘fango político’ que arrasa con todo

El ‘fango político’ que arrasa con todo

Después de que media España estuviera expectante durante el pasado fin de semana tras la decisión del presidente del Gobierno de permanecer cinco días reflexionando sobre su futuro y generando una falsa expectativa en torno a su posible dimisión, la realidad es que el escenario político no ha cambiado (prácticamente en nada). El clima político que se vive hoy en España es asfixiante. Más aún si cabe desde que el presidente ha dicho que vuelve con “más fuerzas, si cabe y tras señalar que “el fango político” (de la derecha y ultraderecha, según él) está detrás de esta situación política. Estamos ante un escenario de crispación y polarización verdaderamente preocupante.

El futuro político de Sánchez depende en gran parte del resultado que coseche el PSC el próximo 12 de mayo en Catalunya y de los equilibrios que consiga hacer con las nuevas mayorías parlamentarias. Salvador Illa sacará un buen resultado electoral pero no será precisamente gracias Sánchez. El impass que Pedro Sánchez ha provocado estos días aunque le haya servido a corto plazo para reforzar su posición interna dentro del PSOE y en el espacio de la izquierda, le perjudicará a medio plazo porque ha dado el primer síntoma de debilidad en su ‘hiperliderazgo’ y ha conseguido que tanto gente de su partido como en la opinión pública empiece a especular con el ‘‘postsanchismo’’. El que lo haya negado es el primer indicio de que ese debate se ha instalado en el seno del PSOE.

En este contexto y para cerrar cuanto antes cualquier indicio de crisis en su liderazgo y en su figura política, ha puesto en el foco de la opinión pública el ‘fango político’ que a su modo de ver, ha provocado ‘‘la derecha y la ultraderecha’’ además de los medios de comunicación. Varios miembros del Gobierno, como Óscar Puente, han señalado públicamente a periodistas responsables de ‘‘la máquina del fango’’. Precisamente la labor que hacen los periodistas no es otra que ser un contrapoder al Gobierno y está en su derecho denunciar y criticar legítimamente lo que consideren. Estamos en democracia y la libertad de expresión es sagrada pese a que moleste a determinados líderes políticos.

En esta política ofensiva del ‘‘o conmigo o contra mí’’, en la que se ha conseguido embarrar el terreno de juego, tiene consecuencias directas en las instituciones y particularmente en las Cortes Generales. La ausencia de pactos genera que la calidad regulatoria no sea la deseable y acaba afectando a la competitividad de nuestra economía y empresas.

En estos momentos hay varios proyectos normativos relevantes que afectan a diversos sectores del tejido empresarial y que tiene impacto en miles de trabajadores. El no abordarlos e instalarse simplemente en el discurso del insulto que provoca parálisis en los parlamentos (y en la política en general) es una irresponsabilidad.

Por ello, es necesario volver a la racionalidad de la política y en reivindicar un marco político que genere consensos y certidumbre económica. El fango político de Sánchez y sus socios para mantenerse en el poder simplemente es letal para la estabilidad política e institucional que precisamente buscan generar.

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