El fiscal acusa a Trump de cometer «fraude» en las elecciones de 2016

El fiscal acusa a Trump de cometer «fraude» en las elecciones de 2016

Donald Trump sigue haciendo historia, aunque esta vez muy a su pesar. El exmandatario pasó la jornada del lunes en una Corte estatal de Nueva York donde enfrenta 34 cargos criminales. La sesión comenzó con el juez al frente del caso, Juan Merchán, explicando a los 12 miembros del jurado y sus seis sustitutos las instrucciones del proceso. Dejó claro que deben decidir sobre este caso basándose en las pruebas, y que no son pruebas ni lo que diga él, ni tampoco «lo que digan los abogados».

Después de una complicada selección de siete hombres y cinco mujeres (más sus suplentes), los fiscales y los abogados del expresidente expusieron el lunes sus argumentos iniciales, lo que permitió que el jurado (y los propios estadounidenses) tuvieran una visión más clara de lo presenciarán las próximas semanas. La Fiscalía insistió en que «este caso se trata de una conspiración criminal». El fiscal Matthew Colangelo, apunta a un complot urdido entre Trump y su exabogado, Michael Cohen, para que nada interfiriese en la victoria del exmandatario en las elecciones de 2016. Unos comicios que el republicano trató de corromper y luego «encubrió esa conspiración criminal mintiendo en sus registros comerciales de Nueva York, una y otra vez», ha dicho el funcionario público en su alegato. Colangelo, además, le ha advertido al jurado que durante las próximas sesiones escucharán la voz del propio Trump tramando un plan para silenciar a las mujeres que habrían mantenido relaciones sexuales extramatrimoniales con el expresidente.

Los abogados de Trump durante su turno de palabra han defendido la inocencia de su cliente. Todd Blanche, letrado principal de Trump, dijo también que la Fiscalía nunca tenía que haber presentado este caso. Afirmó que «no hay nada malo en intentar influir en las elecciones», y agregó que «se llama democracia». La estrategia del equipo de defensa pretende de poner en duda la información proporcionada por la Fiscalía, por eso aseguraron que el pago a Michael Cohen no fue de 130.000 dólares sino de 420.000 dólares y en concepto de sus servicios, no de reembolso.

La jornada de ayer terminó a las 12:30 pm (18:30 en España) por el dolor de muelas de uno de los seis sustitutos del jurado. Pero antes de levantar la sesión, dio tiempo a que la Fiscalía llamara a su primer testigo. David Pecker, un hombre de 72 años que lleva casado 36 y que es expresidente y director ejecutivo de la compañía American Media. Su testimonio es de gran importancia en este caso porque según los fiscales, Pecker fue una figura clave para el pago a Stormy Daniels a cambio de su silencio. Él fue quien advirtió a Trump de que Stormy Daniels pretendía vender la historia a los medios de comunicación sobre su presunto encuentro sexual. Fue entonces cuando, supuestamente, Michael Cohen se acercó a la actriz porno para ofrecerle los 130.000 dólares si no contaba nada más.

Entre los testigos de este proceso también estarán la propia Stormy Daniels, a quien presuntamente Michael Cohen (exabogado de Trump y también testigo en este proceso) pagó 130.000 dólares a cambio de su silencio. También dará testimonio, el jefe de contabilidad de Organización de Trump y que, supuestamente, dio la orden de que el reembolso a Cohen (porque el abogado pagó a Daniels de su propio dinero) constara en los registros como un pago por una colaboración. El jurado además escuchará a una modelo de la revista PlayBoy que asegura que mantuvo otra aventura con Donald Trump.

Esta es la primera causa que se celebra de los cuatro procesos penales que tiene Trump, y posiblemente el único que ocurra antes de las elecciones del 5 de noviembre. Trump sigue negando su culpabilidad en todos ellos. En este caso dice que es inocente de los 34 cargos criminales de los que se le acusa relacionados con la falsificación de documentos para encubrir el pago a Stormy Daniels. Cada delito tiene una pena máxima de cuatro años de prisión, pero no son acumulables. Es muy probable que, de salir culpable, al ser convicto por primera vez, no ingrese en prisión. Además, una posible condena no impediría que el exmandatario regresara a la Casa Blanca, pero al ser un caso estatal y no federal tampoco podría perdonarse a sí mismo si se convierte en presidente de Estados Unidos.

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