En
2018, el francés Gerard Mourou y la canadiense Donna Strickland ganaron el Premio
Nobel de Física por aprovechar la potencia
de los láseres para instrumentos de precisión avanzados en cirugía ocular
correctiva y en diferentes campos de la industria espacial. Parte del
avance se produjo gracias a solventar un obstáculo que surgió a mediados de
la década de 1980: los científicos no podían aumentar la potencia de los
láseres sin destruir lo que amplificaba el haz.
Para
resolver esto, el equipo de Mourou y Strickland desarrolló una técnica llamada
Chirped-Pulse Amplification (CPA), que logra aumentar la potencia manteniendo
la intensidad. Suu funcionamiento es “sencillo”: se estira un pulso láser
ultracorto en el tiempo, amplificándolo y comprimiéndolo nuevamente, creando pulsos
láser muy breve, pero al mismo tiempo muy intensos, los más potentes que se
hayan registrado hasta la fecha.
Ya
se ha aplicado en cirugía ocular correctiva, pero también ha abierto el camino
para que los científicos sigan ampliando los límites de la potencia del láser en tratamiento del cáncer, descontaminación espacial, eliminación de residuos nucleares o fusión nuclear.
“Utilizaremos
estos impulsos ultraintensos para producir aceleradores de partículas mucho más
compactos y menos costosos para destruir las células cancerosas – afirma
Mourou -. Así como el siglo pasado fue el del electrón, el siglo XXI será
el del láser”. Otras posibles aplicaciones incluyen el tratamiento de desechos
nucleares reduciendo la duración de su radiactividad o la limpieza de los
desechos que se acumulan en el espacio
El
láser, ubicado en Bucarest, Rumanía, es capaz de alcanzar un pico de 10
petavatios durante un tiempo ultracorto, del orden de un femtosegundo (la mil billonésima
parte de un segundo).
Se
necesitaron 450 toneladas de equipos, cuidadosamente instalados, para obtener este
rendimiento, que tuvo un coste total de 320 millones de euros. La energía que
genera este láser equivale
a usar durante un año aire acondicionado en 50 millones de hogares o la
electricidad de 100 millones de hogares durante un año.
