Fue hace un año, tras quedar eliminados en octavos de la Champions en Múnich, cuando los príncipes de Qatar que dirigen el PSG acabaron por convencerse de que el camino hacia la grandeza que sueñan no pasaba por reunir figuras y agasajarlas para que fueran felices en París. Se lo aconsejó el propio Messi, después de darles la mano y marcharse a Miami. Lo comprendió el presidente, Nasser al-Khelaifi, vicario del emir, y lo aplicó el director deportivo, el portugués Luis Campos, en un plan de reconstrucción de la plantilla que inició en 2022. Como dijo un asesor de Al-Khelaifi: “Comenzaron a fichar jugadores para hacer equipo y apuntaron a los españoles y portugueses, pero sobre todo españoles, porque consideraron que eran los más adaptables, los más disciplinados, y los menos folloneros para crear una plantilla competitiva”.
El PSG más ibérico pone en órbita a Mbappé
