España terminó de afinarse para la Eurocopa contra un rival de peso como la pentacampeona Brasil, que aguantó siempre pendiendo de un hilo el dominio local y terminó empatando con un penalti, el tercero de la noche, en el último instante del añadido. Ahí se le escapó a España un partido de mucho más voltaje del previsto por su carácter de gesto contra el racismo y en el que deslumbraron Lamine Yamal y Nico Williams. Marcó el paso, se repuso a la primera ventaja de dos goles que perdió y mostró que desde Qatar ha ganado cuerpo y tiene herramientas para competir. Aunque no de cualquier manera.