La presión a los aliados de Israel para que dejen de exportar armamento a su ejército no ha hecho más que crecer en los seis meses de ofensiva sobre la franja de Gaza. Varios países occidentales han suspendido unilateralmente sus envíos de material militar y decenas, en los cinco continentes, abogan por imponer un embargo de armas. Estados Unidos y Alemania, que cubren la mayoría de necesidades del ejército israelí, han elevado el tono en las últimas semanas y reclamado un alto el fuego, pero descartan cortar el suministro de armas al Estado judío por su campaña militar en el enclave palestino, una de las más destructivas de la historia.