Estas son las razones por las que nos gusta el azúcar y por qué debemos limitar su uso

Estas son las razones por las que nos gusta el azúcar y por qué debemos limitar su uso

El sabor dulce, uno de los cinco sabores básicos, ejerce un poderoso encanto sobre nuestras papilas gustativas. Para muchos, es el sabor más placentero, lo que lo convierte en un componente omnipresente en nuestra alimentación. Sin embargo, ¿qué tan saludable es este amor desenfrenado por el azúcar?

Desde la Universidad del País Vasco, un equipo de expertos en nutrición de la Sociedad Española de Nutrición ha elaborado una guía exhaustiva para abordar este dilema endulzado. ¿Cuáles son los azúcares y edulcorantes más adecuados para nuestra salud? ¿Y por qué el exceso de azúcar se ha convertido en un problema de salud pública?

El Placer Dulce y sus Consecuencias Amargas

La razón detrás de nuestro enamoramiento con el azúcar radica en la biología misma de nuestro cuerpo. Los receptores del sabor dulce en nuestra lengua activan una cascada de respuestas en el cerebro, liberando hormonas de dopamina, conocidas como las hormonas del placer y la recompensa. Esta reacción se remonta a nuestros antepasados, donde el sabor dulce era una señal de alimentos ricos en calorías, esenciales para la supervivencia.

Sin embargo, en la era moderna, donde el azúcar es abundante en nuestra dieta cotidiana, este amor desmedido por lo dulce tiene consecuencias indeseables. La obesidad, la diabetes tipo 2, los problemas cardiovasculares y las caries son solo algunas de las implicaciones negativas. Además, el exceso de azúcar puede influir en nuestro estado de ánimo y en nuestra capacidad de aprendizaje.

Azúcares: ¿Culpa o Inocencia?

Los nutricionistas de la Universidad del País Vasco advierten sobre el consumo excesivo de azúcar en cualquiera de sus formas. Tanto el azúcar blanco refinado como el moreno o la panela, aunque este último parezca más natural, no ofrecen beneficios significativos en términos de nutrientes. Todos estos azúcares se basan en la sacarosa, compuesta por glucosa y fructosa, y ninguno es más saludable que el otro cuando se consume en exceso.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los adultos no deben consumir más de 25 gramos de azúcar al día. Sin embargo, es fácil superar esta cantidad, especialmente considerando que muchos alimentos procesados contienen azúcares ocultos.

Azúcares: ¿Culpa o Inocencia?

En un intento por reducir el consumo de azúcares, muchos recurren a los edulcorantes. Sin embargo, los expertos advierten que su uso debe ser moderado, ya que también tienen sus propias contraindicaciones.

La sacarina y la estevia, dos de los edulcorantes más populares, están desaconsejados por la OMS debido a posibles riesgos para la salud, como el cáncer y la diabetes. Otros edulcorantes, como el maltitol, el sorbitol y el xilitol, pueden ser una opción más segura en términos dentales, pero su consumo excesivo puede provocar problemas intestinales.

Por otro lado, el aspartamo y la sucralosa, aunque endulzan intensamente, se consideran perjudiciales debido a su inestabilidad y posibilidad de liberar toxinas cuando se calientan, lo que los hace inadecuados para cocinar.

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