Incautan 6 millones de cigarrillos falsificados: de marcas muy conocidas y con el nuevo empaquetado genérico

Incautan 6 millones de cigarrillos falsificados: de marcas muy conocidas y con el nuevo empaquetado genérico

La Guardia Civil ha intervenido 33 toneladas de hoja de tabaco y 6 millones de cigarrillos falsificados en dos fábricas clandestinas situadas en las provincias de Madrid y Córdoba que gestionaba una organización criminal internacional. Los agentes, en el marco de la operación Ganuz-Califa Duke 24, también han arrestado a 20 supuestos miembros de la banda y han liberado a once trabajadores de origen búlgaro que estaban encerrados en una de las fábricas.

Entre el material falsificado, valorado en unos los 7.6 millones de euros y presumiblemente dirigido a su venta en el mercado negro en Portugal y Francia, se encuentran productos de las principales marcas, detectándose por primera vez el uso de cartonajes genéricos.

Según ha informado la Dirección General de la Guardia Civil, la investigación, que continúa abierta, ha permitido realizar diversas detenciones en las localidades de Antequera (Málaga), Montilla y Lucena (Córdoba), Humanes de Madrid (Madrid) y Azuqueca de Henares (Guadalajara), así como diversos registros repartidos en las provincias de Córdoba y Madrid.

Las fábricas, en las que se han practicado registros y han sido desmanteladas, estaban localizadas en Humanes y Lucena y contaban con instalaciones de gran tamaño y muy sofisticadas. En ellas se ejecutaban todas las fases de producción, incluyendo la picadura y tratamiento de la hoja de tabaco, la composición de cigarrillos, así como su posterior empaquetamiento y preparación para su distribución.

En el registro de las instalaciones de Humanes los investigadores liberaron a once trabajadores de origen búlgaro que se encontraban encerrados en ellas. La de Lucena, por su parte, estaba diseñada para evitar su acceso desde el exterior y dificultar su detección ya que solo se podía acceder a ella a través de una segunda nave aledaña que aparentaba albergar una actividad económica legal. En su interior, en un falso muro, se había construido un zulo, donde escondían a los trabajadores en caso de cualquier presencia policial o inspección.

La operación contó con la colaboración de las comandancias de Córdoba, Badajoz, Guadalajara y Madrid, así como de agencias europeas como Europol y OLAF y autoridades policiales de Ucrania y Bulgaria.

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