La tensión geopolítica global, disparada desde la invasión rusa en Ucrania y redoblada por el asalto israelí a la franja de Gaza y sus ramificaciones en la zona, han disparado a niveles récord el gasto mundial en defensa y, como consecuencia, han despertado el interés por entrar en los grandes actores de la industria. Una tendencia que llega tanto desde el ámbito público como del privado, y que en España ha tenido efectos sobre Indra.