“La curiosidad salvó al gato”, un grupo de científicos suizos descubren un gen clave en la evolución

“La curiosidad salvó al gato”, un grupo de científicos suizos descubren un gen clave en la evolución

La ciencia calcula que podrían existir en torno a 8,7 millones de especies en el mundo, aunque se estima que no se conoce aún siquiera la quinta parte de ellas. La diferenciación de una especie a otra es fundamental a la hora de la supervivencia, ya que serán los organismos mejor adaptados a su hábitat serán los que más fácil sigan adelante.

Según ha informado EuropaPress, un equipo de científicos de la Universidad de Basilea (Suiza) cree haber descubierto una nueva clave para la evolución de las especies de la que llevaban tiempo sospechando que podría ser un motor de formación de la biodiversidad.

Más vale curiosidad que fuerza

El profesor Walter Salzburger está al frente de un equipo de investigadores de la Universidad de Basilea (Suiza), que ha estudiado distintas especies del mismo tipo de pez en el segundo lago más grande del mundo con el objetivo de conocer más sobre el papel de las diferencias de comportamiento en la adaptación a diferentes nichos ecológicos.

Durante nueve meses, se encargaron de registrar el “comportamiento exploratorio” de 57 especies diferentes de peces cíclidos en el lago africano Tanganica, que está rodeado por República del Congo, Tanzania, Burundi y Zambia. La primera autora, la Doctora Carolin Sommer-Trembo, llegó a registrar en vídeo aproximadamente 700 cíclidos distintos capturados en el lago, en un nuevo entorno en forma de grandes estanques experimentales. Una vez finalizado el experimento, los peces volvieron a ser liberados en la naturaleza.

En el análisis de los vídeos, la científica determinó qué áreas del estanque experimental fueron exploradas por cada pez en un período de 15 minutos. Según afirmaba el líder del grupo de investigadores, se pudieron observar “grandes diferencias en el comportamiento exploratorio entre las distintas especies” de cíclidos. Más tarde comprobaron cómo “estas diferencias también se confirmaron en condiciones de laboratorio”.

Esta correlación tan grande entre el comportamiento exploratorio (curiosidad), el hábitat y la forma del cuerpo de los distintos peces confirmaba algunas de las sospechas que tenían los científicos desde hace tiempo. Como ejemplo, las especies que viven en zonas cercanas a las costas tienen un cuerpo más voluminoso, y tienden a ser más abiertas que otros tipos de peces que habitan aguas abiertas. Sommer-Trembo explicaba este hecho aduciendo que “esto vuelve a poner la atención en el comportamiento animal como fuerza impulsora detrás de procesos evolutivos clave”.

Relación entre genes y curiosidad: ser “cotilla” viene de nacimiento

Parecería entonces que no solo el hábitat afecta a la evolución y conservación de las especies, sino que su comportamiento y su curiosidad también juegan un papel clave en la supervivencia y el avance de los organismos.

El equipo de científicos de alió con el Doctor Milan Malinsky de la Universidad de Berna (Suiza), un experto en la rama de genética, para desarrollar un método novedoso con el que identificar los genomas existentes en los cíclidos, y así comparar los datos de las diferentes especies.

Una variante en el genoma de los cíclidos mostró una una correlación casi perfecta con sus hallazgos sobre el comportamiento exploratorio: las especies que tenían una “T” en esta posición específica en el ADN eran curiosas, mientras que las que poseían una “C” en su lugar resultaron menos exploratorias.

Los investigadores introdujeron modificaciones genéticas en la región correspondiente del genoma de los peces que tenían una “C”, y su observaron cómo su comportamiento cambió radicalmente: se volvieron más curiosos.

Apoyándose en herramientas basadas en inteligencia artificial e información sobre la variante genética, la estructura corporal y el hábitat, el equipo científico pudo predecir con éxito el comportamiento exploratorio de especies de cíclidos que, en un principio, no habían sido examinadas en su comportamiento exploratorio.

El gen de la curiosidad: cómo afecta a los humanos

Según este grupo de la Universidad de Basilea, la variante genética que encontraron está muy próxima al “gen cacng5g”, que muestra actividad en el cerebro. Se trata de la versión de los peces de un gen que también poseen otros vertebrados.

En su variante humana, esta sección de ADN suele asociarse a enfermedades psiquiátricas, como pueden ser la esquizofrenia o los trastornos bipolares, que también se cree que se correlacionan con trastornos de la personalidad.

Sommer-Trembo declaraba que están interesados en conocer “cómo los rasgos de la personalidad pueden afectar a los mecanismos de la biodiversidad en el reino animal”. Por otra parte, creen que “también podríamos aprender algo sobre los fundamentos de nuestra propia personalidad”.

Los avances producidos en esta rama de la genética podrían ayudar a explicar y predecir tendencias en el comportamiento de los seres humanos, e incluso llegar a detectar mayores propensiones a cierto tipo de enfermedades y trastornos mentales.

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