La espectacular ruta para disfrutar de los mejores Cerezos en Flor de España

La espectacular ruta para disfrutar de los mejores Cerezos en Flor de España

Llega el mes de abril, y con él, uno de los momentos más esperados del año, los cerezos empiezan a florecer. Este año, con este tiempo un poco loco, que pasamos del intenso calor al frío, ya se podían observar estas especies antes de tiempo, pero ahora llega la época del año de mayor esplendor.

Este espectáculo de luz y color surge de “El Hanami”, o lo que es lo mismo, “mirar las flores”, o la contemplación de
los cerezos en flor, que se trata un ritual de origen japonés que se celebra cada
primavera. Aunque el fenómeno reúne cada año a muchos japoneses y turistas de
todo el mundo, “El Hanami” también ha empezado a exportarse en numerosos países
de todo el mundo, entre ellos España.

Esta costumbre se remonta a siglos atrás, cuando la
floración de estos árboles marcaba el inicio de la primavera y, por lo tanto,
avisaba del momento idóneo para plantar el arroz, alimento crucial para los
primeros habitantes de este país. Durante este periodo, los cerezos eran vistos
como seres sagrados y se creía que las almas de los dioses de la montaña
anidaban dentro de ellos, según explica Wikipedia.

 

Por ello, los agricultores veneraban a estos árboles y
creían que, cuando las flores rosadas del sakura estaban en su máxima
floración, era cuando los dioses bajaban a las villas y se convertían en
arrozales para ayudar a la producción del arroz. La historia de “El Hanami” nació,
por lo tanto, de una tradición religiosa. Sin embargo, no sería hasta el
Periodo Nara (710-784) cuando esta costumbre comenzó a transformarse en la
festividad sin las connotaciones religiosas que son en la actualidad.

Esta tradición se ha trasladado a nuestro país, y una de las
rutas más impresionantes es la del Valle abulense del Tiétar. En los últimos
años el espectáculo de los cerezos en flor posibilita que año tras año más
gente se acerque hasta la Sierra de Gredos, ya que durante esta época del año
el contraste con la abundante vegetación y sus cumbres nevadas ofrecen una
panorámica simplemente espectacular, con más de 50.000 árboles de 50 especies
diferentes.

 

Además esta zona cuenta con condiciones climatológicas
especiales, mucho más cálidas que el resto de la provincia. Tanto es así, que
muchos lo conocen como la Andalucía de Ávila. Su meteorología permite que crezcan en sus campos miles de
cerezos con la sierra de fondo. Sin duda, un contraste muy interesante,
especialmente cuando llega la primavera. La mayor cantidad de árboles se
concentra en las localidades de El Arenal, Guisando y El Hornillo.

Existen diferentes rutas que permiten admirar los cerezos en
flor en el Valle del Tiétar. La mayoría se centran en los tres municipios
principales y sus atractivos, tanto monumentales como naturales. En ellas,
además de descubrir la arquitectura popular de los tres pueblos, es posible
reconocer otras especies vegetales como los enebros, alcornoques, encimas,
alisedas, castaños, pinares y robles. Pero también, con un poco de suerte, es
posible divisar cigüeñas negras, águilas reales, grullas o buitres negros.

El Arenal

Esta bonita localidad montañosa de calles empinadas y
estrechas, llama la atención por su arquitectura popular y por su gran número
de fuentes. Al mismo tiempo, ofrece un entorno idóneo para practicar senderismo
y deportes de aventura en plena naturaleza.

Enclavado en el majestuoso paraje montañés del Parque
Regional de Gredos, entre frondosos bosques de pinos, chopos, castaños y
nogales, surcado por el Río Arenal, y rodeado de bellas gargantas con
innumerables pozas de agua cristalina, se encuentra este precioso pueblo
serrano que obtuvo del rey Felipe V en 1732 ( previo pago de 900.000 maravedíes
por parte de sus vecinos ), la carta de villazgo con la que consiguió el título
de Villa y por tanto, su independencia jurídica y administrativa.

 

Principales Monumentos

– La Casa de Linda, construida con grandes bloques de granito
hace más de 400 años, es la casa más antigua del Arenal.

– La Corrala, barrio típico de la villa.

– La Ermita de la Virgen de Las Angustias, del siglo XVIII.

– La Ermita del Cristo de la Expiación.

– La Ermita de la Virgen de los Remedios, del siglo XVIII,
en la Plaza Mayor junto al Ayuntamiento.

– La Iglesia de la Asunción construida sobre la antigua
iglesia de Santo Domingo ( XV, XVI ). Destaca la cúpula de estilo gótico
isabelino y el retablo (1563) de Pedro de Salamanca.

– La Plaza Mayor, o de la Nueva España, donde está el
edificio del Ayuntamiento y una fuente de dos caños con pilón circular.

El Hornillo

Este municipio se encuentra a tan solo seis kilómetros de
Arenas de San Pedro y en plena ladera de la Sierra de Gredos. Sorprende por su
suave climatología y abundante vegetación, avivada por la garganta junto a la
que se ubica la localidad.

Ubicado junto a la garganta, donde abundan charcos de aguas
cristalinas, está rodeado de pinares y de bancales plantados de cerezos,
castaños, nogales y gran diversidad de árboles frutales que ofrecen un
espectáculo deslumbrante en el tiempo de floración.

Su plaza conserva soportales de madera y en sus barrios
próximos se puede apreciar la armonía y la belleza de la arquitectura popular
en casas que combinan con maestría la piedra, la madera y el adobe y lucen en
sus fachadas hermosos balcones repletos de flores.

Guisando

Declarado Bien de Interés Cultural en 1976, cuenta con un
casco urbano que merece la pena conocer. Su belleza está reflejada en las
plazas irregulares, la principal de 1905, en las casas de mampostería y en sus
calles de sabor andaluz, con fachadas de gigantescos aleros y generosas solanas
de madera que imitan las balaustradas de los palacios y el modelo de palacio de
Yuste.

Mención aparte merecen las fuentes, las chimeneas y los
remates de los tejados. La Fuente Grande es un símbolo del pueblo y fue
realizada en 1893 según diseño de Isidoro Moreno, con un pilón de cantería
rectangular de 2,5 por 2 metros, con antepechos de 90 centímetros de altura y
con un árbol de subiente de donde partían los tres caños y tres piezas para
posar los cántaros.

Las Chimeneas presentan un planta rectangular y estructura
troncopiramidal, sobresaliendo del tejado a modo de torres. Estas son
construidas de ladrillo o adobes recubiertas con barro y blanqueadas. A menudo
aparece una decoración en la que predominan los motivos simbólicos de tipo
solar, corrientes en el arte pastoril y comunes también en los dinteles de las
puertas.

Otras veces, los tejadillos o gran tejado se cubren con
remates y adornos formado con trozos curvos de teja, símbolo que evoca al mundo
alado, el águila como elemento protector de la casa. Costumbres locales que
aparecen también en el mobiliario y que pertenecen a culturas ancestrales como
la celta.

El sello mudéjar lo refleja una bella Casa de finales del
siglo XIX que perteneció a José Mateos y Dámasa Fraile, donde destaca su
estructura vertical con grandioso sobrado e interesantes chimeneas al interior
y al exterior. Obra con forma irregular que contrasta con las plantillas
utilizadas, un criterio impuesto desde el siglo XVI con firmeza donde círculos
o temas florales van tapando la piedra, según explica la web del Ayuntamiento
de la localidad.

 

Su Iglesia moderna es de planta de salón y está enriquecida
por un espectacular conjunto de arquitectura popular que la rodea. La iglesia
fue demolida en los años setenta y en el año ochenta se empezó la obra. Lo más
destacado de realizó en 1989, cuando entran en escena una familia de artesanos
de la madera para ejecutar el remate, las ventanas y las puertas que forman
cuerpos móviles.

Por otro lado, su posición estratégica lo convierte en punto
de acceso natural a La Mira y Los Galayos, a través del Nogal del Barranco y la
Apretura. Allí se encuentra el refugio Victory, lugar de encuentro de
alpinistas, montañeros y escaladores. Otro punto que merece la pena conocer es
el centro de interpretación de la naturaleza de la Casa del Parque El
Risquillo.

Otros puntos que merece la pena conocer de esta zona son los
municipios de La Adrada, Candeleda, Poyales del Hoyo, Pedro Bernardo,
Piedralaves, Lanzahíta o Arenas de San Pedro. La zona está repleta de
miradores, santuarios, piscinas naturales, puentes medievales y espacios tan
únicos como las Cuevas del Águila.

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