La fuga de Karim Bouyakhrichan, el líder de la “Mocro Maffia” que amenazó de muerte a la princesa Amalia de Holanda, ha puesto en tela de juicio el funcionamiento de la Administración de Justicia en España. Se trata de uno de los criminales más buscados en Europa y fue detenido el pasado mes de enero en Marbella. Sin embargo, por una concatenación de decisiones cuestionables y enredos burocráticos, quedó en libertad provisional sujeta a medidas cautelares. Una de ellas, la obligación de firmar en un juzgado cada 15 días, pero ni rastro del imputado desde el 1 de abril, la última vez que se presentó en dependencias judiciales.
Una situación que ha llamado la atención de la prensa internacional, que con mayor o menor inquina han puesto el foco en este “error burocrático” que ha supuesto la “liberación accidental” de Bouyakhrichan. La BBC, el principal medio de comunicación británico, señala a los funcionarios de Justicia en España y asegura que se han quedado “con la cara sonrojada” tras lo ocurrido. El ente público inglés habla de “confusión” en la Administración y recalca que la heredera del trono del Reino de los Países Bajos se encuentra en la diana de la organización criminal desde hace años, motivo por el que, precisamente, se refugió en España mientras estudiaba en la universidad.
Paradójicamente, los medios neerlandeses se muestran mucho más comprensivos con lo ocurrido y se limitan a relatar los hechos. La edición de “De Telegraaf”, el periódico con más circulación diaria en Países Bajos, explica que la Audiencia Provincial de Málaga rechazó la extradición de Bouyakhrichan a su país “porque tenía que comparecer primero ante un tribunal en España”.
Además, señala que “los medios españoles están furiosos” ante la fuga del cabecilla mafioso y elucubra sobre su posible nuevo paradero: “Podría haber llegado a Marruecos porque es relativamente fácil llegar con una lancha rápida desde el sur de España”.
“De Telegraaf” recoge también las declaraciones de la Fiscalía de La Haya, que asegura desconocer por qué no se decretó prisión preventiva para Bouyakhrichan por sus causas pendientes en Países Bajos, y arroja el balón a nuestra Administración.
Aun así, la Fiscalía insiste en que “nuestra experiencia con el sistema de justicia español es buena en general”, y recuerda que “cada año se entregan decenas de sospechosos”.
Llama la atención que en el diario neerlandés no se menciona en ningún momento a la princesa Amalia, que en su día manifestó su profundo malestar y preocupación por ser el blanco de una organización criminal.
