La Unión Europea va a dejar de formar parte del Tratado de la Carta de la Energía (TCE), ampliamente considerado una rémora de la era postsoviética. El Parlamento Europeo ha dado este miércoles su visto bueno a la propuesta ya aprobada en marzo por los Estados miembros de salir de forma “coordinada” del acuerdo. Valida así de manera definitiva una iniciativa planteada por Bruselas el año pasado ante la evidencia de que cada vez más países, entre ellos España, querían abandonar un pacto de finales de la Guerra Fría que buscaba proteger inversiones energéticas, pero al que se le achaca haber blindado al sector de los combustibles fósiles en detrimento de las renovables, obstaculizando así el cumplimiento de los objetivos medioambientales de la UE y lastrando a los gobiernos con demandas multimillonarias.